miércoles, 30 de octubre de 2013
Una habitación inexplorada
Si mi ser fuera una casa, podría decir que hoy, en esa habitación de la que colgaba el cartel "Cuidado peligro", hay luz.
Una luz tenue y cálida que invita a permanecer en ella.
El recuerdo del peligro se difumina, cada día mas...cuanto mas la habito. Aunque no me confío del todo. Sus muebles son todos redondeados y todavía no acaban de encajar con mis formas rígidas, fruto del miedo.
Es la alcoba del placer, de la entrega y la receptividad a lo creativo.
En ella descubro mi capacidad de amar, dando, la cual me completa.
Independientemente del otro.
En esta casa hay muchas habitaciones, todas ellas, ahora habitadas.
La de la soledad, igualmente habitada.
entro, salgo...
En otro kit-kat, me dirijo al chill-out de la amistad, viva, sanadora...que me reta a dar mi mejor yo.
Hay una virtual y muy significativa, cada día mas...también revelándose como imprescindible en los últimos tiempos en los que necesité darle un espacio que hacía tiempo merecía...la familia.
Y luego esta una de mis estancias favoritas, la que alberga el fuego de mi corazón, la mas trascendente, la misión, ahora ya, después de los años, bastante mas despojada de lo superfluo. Es la que siento que es el motor principal de todo mi ser. Si no entrara en ella a menudo, me faltaría el aire y la razón de vivir.
La habitación inexplorada está directamente comunicada con esta última.
Y en ese ir y venir de una a otra me pasan los días...a veces serena, a veces todo lo contrario...y así es la vida.
Gracias a los que habéis seguido iluminando en vuestras respectivas casas, las habitaciones en las que siempre he sido bienvenida.
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