miércoles, 30 de octubre de 2013

Una habitación inexplorada


Si mi ser fuera una casa, podría decir que hoy, en esa habitación de la que colgaba el cartel "Cuidado peligro", hay luz.

Una luz tenue y cálida que invita a permanecer en ella.

El recuerdo del peligro se difumina, cada día mas...cuanto mas la habito. Aunque no me confío del todo. Sus muebles son todos redondeados y todavía no acaban de encajar con mis formas rígidas, fruto del miedo.

Es la alcoba del placer, de la entrega y la receptividad a lo creativo.

En ella descubro mi capacidad de amar, dando, la cual me completa.

Independientemente del otro.

En esta casa hay muchas habitaciones, todas ellas, ahora habitadas.

La de la soledad, igualmente habitada.

entro, salgo...

En otro kit-kat, me dirijo al chill-out  de la amistad, viva, sanadora...que me reta a dar mi mejor yo.

Hay una virtual y muy significativa, cada día mas...también revelándose como imprescindible en los últimos tiempos en los que necesité darle un espacio que hacía tiempo merecía...la familia.

Y luego esta una de mis estancias favoritas, la que alberga el fuego de mi corazón, la mas trascendente, la misión, ahora ya, después de los años, bastante mas despojada de lo superfluo. Es la que siento que es el motor principal de todo mi ser. Si no entrara en ella a menudo, me faltaría el aire y la razón de vivir.

La habitación inexplorada está directamente comunicada con esta última.

Y en ese ir y venir de una a otra me pasan los días...a veces serena, a veces todo lo contrario...y así es la vida.

Gracias a los que habéis seguido iluminando en vuestras respectivas casas, las habitaciones en las que siempre he sido bienvenida.






domingo, 27 de octubre de 2013

Gracias Pepa Polo ( Terapeuta Gestalt)


En toda alma, hay un recinto oscuro, un rincón olvidado en el que un loco se desespera por no hallar la luz, y espera, con un fervor febril, que alguien le eche como alimento una palabra trascendente y liberadora. Una palabra que ponga fin a las deliberaciones que, en su encierro, mantiene consigo mismo.

Bertrand Bergeron


Las personas orgullosas como yo solemos pensar que nos bastamos solos para resolver nuestros conflictos internos y avanzar. 

Es una estupidez, ahora lo veo.

Está bien querer ser el propio sujeto activo de mi evolución porque es verdad que lo que tengo que hacer es recordar lo que ya sé. 

Pero es que a veces...nos contamos unos cuentos...y nos perdemos.

No se en qué momento tuve la lucidez de plantearme pedir ayuda externa, pero así fue. Creo que una mañana en la que, después deliberar y deliberar dentro de mi cabeza, sentí literalmente que mi cerebro  estallaba. 

Y lo peor, sin haber llegado a ninguna respuesta. 

Ni la iba a encontrar

Desde la mente.

No, había que bajar a otro centro mucho mas importante, desde el que sentimos. Un centro que llevaba meses lastimado, olvidado.

El cuerpo me había empezado a hablar. A través de las clases de yoga me había dado cuenta que buena parte del día tenía tenso el estómago. De esta manera, mi respiración era deficiente y había perdido por completo el hambre. Recordándome este último hecho que esta era una forma que mi cuerpo tenía de decirme que era infeliz.

Aun así, mi orgullo no me permitía decir: estoy jodida! 

La cuestión y principal motivo de este post es agradecer a Pepa, Terapeuta Gestalt y maestra de yoga chikung y Movimiento expresivo, que me guiara hasta ese recinto oscuro del que habla Bertrand Bergeron. Porque si eres guiado hasta allí, no tendrás mas remedio que enfrentarte a lo que es. Y habrá una persona que con amor, te acompañará en ese doloroso proceso. Su intervención desde la presencia y el no juicio implicó un estado por mi parte de total rendición y la receptividad necesaria para escuchar y escucharme con total confianza de que, a lo que iba a llegar a través de su guía, era mi verdad. Y ni uno mismo sabe que se puede encontrar. 

Y luego, la paz

Con una información valiosa que te da una mirada nueva sobre tu vida, tus relaciones..

Y a partir de ahí...todo puede pasar.

Dicen que la verdad da la libertad.

Aunque parece que yo tenía idealizado este concepto en lo mas profundo de mi ser. 

Si estás estancado, no lo dudes, busca ayuda.



sábado, 26 de octubre de 2013

Conócete a ti mismo (Jordi Arguello)


Otro post estupendo de un muchacho de Madrid que tiene propuestas muy interesantes de crecimiento  personal.

educandotuinterior.blogspot.com

Atentos al ejemplo que nos da para reconocernos o no cuando cedemos nuestro asiento. Estupendo!




Existe sólo una medicina, porque solamente hay una enfermedad:                                                         la falta del descubrimiento de sí mismo.Antonio Blay

El pasado mes (ver Conócete a ti mismo I) vimos como la clave para vivir la vida plena y satisfactoria que todos deseamos está en descubrir quien soy, en conocerme a mí mismo.
También vimos que lo que soy es lo que queda cuándo me desprendo de las ideas que tengo sobre mi y de los anhelos, los sueños que aspiro conseguir.Pero ¿cómo se hace todo esto? ¿tengo que renunciar a todo, alejarme del mundo, vivir una vida contemplativa en una región perdida del Tíbet o de la India?. Rotundamente no.
Muchas veces parece que la única manera de encontrarme a mí mismo es apartándome de la vida corriente, retirándome a meditar o a orar, practicando incansablemente el Zen o algún tipo de Budismo. En realidad el camino del autoconocimiento puede y debe realizarse en la vida normal, en mi día a día con mis preocupaciones, mi trabajo, mi familia, mis alegrías y mis penas. Y esto es así porque la base de este trabajo interior es la observación, el observarme a mí mismo cada día, el verme y reconocerme en mis actos, en mi generosidad pero también en mi egoísmo, en mi mezquindad. Y esto que es tan fácil de decir a veces es un poco más difícil de realizar. En general me resulta sencillo ver los defectos del otro, criticar sus faltas, sus actos; otra cosa muy distinta es reconocer mi lado más oscuro, mis actitudes mezquinas, hipócritas, mis mentiras. Y es que siempre tengo una justificación para aquello que hago, y si no la tengo rápidamente la encuentro. Y no tanto para engañar al otro sino para engañarme a mí mismo.
Conocerme en profundidad, descubrir quién soy en realidad, pasa por ver con claridad cuándo estoy siendo injusto, egoísta, aprovechado. Es verlo una y otra vez, observar como repito casi compulsivamente una serie de comportamientos. Es reconocer esta parte que no me gusta de mí, no rechazarla, no negarla y sobretodo no culpabilizarme por ella. De hecho es amarme a mí mismo aún cuándo me descubro actuando de una manera que no me gusta. No se trata de convertirme en un ser amoral, ajeno al sufrimiento ajeno sino de, a base de observarme y observarme, llegar a dejar caer ese comportamiento compulsivo. 
Porque en el fondo mucho de lo que hacemos, hasta lo aparentemente bueno y generoso, lo hacemos por puro egoísmo. Por ejemplo algo tan bien visto como ceder nuestro sitio en el metro a una persona mayor puede tener un motivo más mezquino del que parece. Pregúntate con sinceridad, ¿por qué cedo mi sitio a esta persona? ¿es por ella, para que esté más cómoda o es por mí, para sentirme bien, para sentirme generoso, de buen corazón? ¿qué siento por dentro al pensar que estoy haciendo una buena acción? ¿qué siento al ver la aprobación de esa persona, su sonrisa, su agradecimiento?
Muchas de las cosas que aparentemente hago por los demás en el fondo las hago por mi interés, por sentirme bien conmigo mismo. La idea no es dejar de ayudar a los demás sino seguir haciéndolo, si así lo consideramos, pero sin engañarnos, sabiendo que te cedo mi sitio sobre todo para yo sentirme bien, el que tu estés cómodo es secundario. Y llegará un día en que, de tanto observarme, dejará de tener sentido el sentirme bien por ser generoso o amable y entonces podré cederte o no mi asiento pero ya no lo haré por sentirme bien, lo haré porque es lo que considero correcto hacer. ¿Se ve la diferencia?.
La consecuencia de descubrirme, de soltar mis comportamientos automáticos, es vivir una felicidad profunda, independiente de lo que mis circunstancias exteriores.
Conocerte a ti mismo, descubrir quién eres, es un camino que puede resultar desconocido y en ocasiones complejo. Es un camino en el que es fácil perderse o despistarse. Por eso considero que es bueno tener un mapa, tener a alguien que ya ha avanzado un poco por ese camino y que te puede avisar de las curvas y los desniveles. Eso es lo que hago a través de mi Curso de Autoconocimiento y Plenitud de Vida.


(Artículo publicado en Universo Holístico 64, Octubre 2013)

viernes, 25 de octubre de 2013

7 perfiles definidos a partir de la relación con el dinero ( Nicolas Litvinoff)


Artículo interesante, por lo menos a mi me ha gustado, aunque he de decir que, en mi opinión, es imposible englobarnos a todos en 7 tipos...pero si es cierto que da pistas. Incluso uno puede verse reflejado en varios o identificarse con uno y partiendo de esa base, identificar nuestra única y personal relación con el dinero ( Ah! y no seamos "tacaños" en autocrítica que, si bien es necesario, aceptarse uno mismo, con su luz y su sombra, para llegar a eso, primero hay que averiguar QUE estamos aceptando. Y sobretodo, sin culpabilizaciones, propias ni ajenas. Cada uno está programado de una manera en función de los aprendizajes desde la infancia, por tanto, siempre estamos a tiempo de desenmascararnos y tener una relación mas equilibrada con el dinero ( que al fin y al cabo es una energía), que seguramente nos llevará a tener una relación mas sana con nosotros mismos y con los demás. 
Por otro lado, estoy intentando encontrar información útil sobre este tema desde una perspectiva psicológica, para complementar artículos como este.
Nicolas Litvinoff ( de su web www.nicolaslitvinoff.net)
La relación entre el hombre y el dinero es uno de los temas menos tratados de la literatura moderna y, sin embargo, lo material está presente en casi todas las decisiones que tomamos en nuestra vida.
Actualmente en Argentina, más allá de la polarización política creciente, tenemos un modelo económico totalmente atípico para los registros históricos de las últimas décadas, y esto (sumado a otros temas más intrínsecos de cada persona en particular) genera distintas patologías y comportamientos relacionados al gasto-ahorro-consumo; que lleva a mucha gente a pasarla realmente mal y tener  comportamientos que no le son para nada favorables. Por lo tanto, desembocan en una precarización de la calidad de vida, producto de desórdenes monetarios que no se llegan a registrar.
A continuación, veremos 7 tipos de patologías para que el lector se reconozca en alguna de ellas (o en varias) y así, al menos, tenga un diagnóstico como primer paso a un estadío superador en un futuro inmediato.
1) El ahorrador-desconfiado.
Se trata de aquellos individuos con una mezcla de hábitos positivos (ahorrar) y negativos (desconfiar de todo). En un país “normal” les puede llegar a ir bien, aunque nunca muy bien ya que la desconfianza hace que se pierdan oportunidades interesantes. Los ahorros pueden ser colocados generalmente en vehículos de bajo riesgo y corto plazo, como cajas de seguridad, cuenta corriente o plazos fijos.
Pero en un país como el nuestro, pierden dinero a montones en términos reales, ya que la inflación hace que el poder adquisitivo de lo que tienen ahorrado y no invierten (por desconfianza) se vaya reduciendo a un ritmo de más del 20% anual.
Esto puede generar una sensación de impotencia frente a la percepción de estar perdiendo plata a pesar de no gastarla.
2) El ahorrador-consumista
¿Cómo alguien puede ser ahorrador y consumista al mismo tiempo? Se trata de aquellos individuos que ahorran para consumir, es decir, adquieren hábitos de ahorro temporarios para cambiar el auto, comprar lo último en tecnología (celulares, televisores, computadoras) o irse de vacaciones.
Tienen en claro que no deben endeudarse para consumir y eso ya es un punto a favor, pero muchas veces ese consumo tiene un sesgo materialista y vacío, con lo cual la insatisfacción es una constante en sus vidas.
Por otro lado, ni se plantean la posibilidad de invertir su dinero en algo que les pueda generar ingresos, ya que para ellos el ahorro está asociado a la última novedad que no puede faltar en sus vidas y además, comprar tal o cual cosa no lleva consigo demasiado esfuerzo como sí lo haría tener que investigar en qué vehículo financiero (o de la economía real) colocar ese excedente.
3) El eterno deudor
Son aquellos que resuelven sus problemas financieros pidiendo dinero prestado. Su idea de planificación financiera es “pedirle a Juan para pagarle a Pedro”.
Las palabras “cuotas fijas, créditos a sola firma, bajas tasas” siempre llaman su atención. Comprar a crédito cosas que no necesitan es su ejercicio favorito.
Los pensamientos  “Yo me lo merezco”, “Trabajo duro para darme los gustos” o “Está en oferta”, siempre están dándole vueltas en la cabeza cuando entra a un shopping o negocio.
Igual que una persona con problemas de obesidad que come cuando está deprimida, este tipo de inversor gasta cuando está deprimido. Gasta, se deprime y gasta más.
A simple vista, este tipo de inversor puede parecer una persona rica y próspera: puede ser que tengan coches último modelo, casas grandes, etc., pero si comenzamos a investigar llegamos a la conclusión de que se encuentran a un accidente financiero de caer en la ruina, ya que todo lo que tienen está comprado a crédito.
Su gran error es pensar que su problema es el ingreso (o la falta de ingreso) que tienen, cuando en realidad su problema es el comportamiento que  con el dinero.
4) El gastador compulsivo
La compulsión por comprar es un trastorno cada vez más común, y los casos van en aumento en un país como el nuestro cuyo modelo económico está sustentado en el consumo interno, lo cual ejerce una presión constante sobre la población vía marketing “agresivo” de las empresas.
Se trata de una patología en la que hay una necesidad irreprimible de adquirir cosas. En su interior, los gastadores compulsivos tienen una baja autoestima, ansiedad y también tendencias depresivas.
La compra compulsiva es bastante más que un despilfarro ocasional con arrepentimiento posterior, y para considerarse realmente un trastorno, el comportamiento tiene que estar relacionado con una angustia marcada o inferir en el funcionamiento normal de la vida cotidiana.
Las causas primigenias de la adicción a la compra aún no están claras, sin embargo, se pueden detectar dos denominadores comunes entre quienes sufren este desorden: la gran apreciación de lo material y una pobre autoestima.
5) El gastador hormiga
Tienen sus máximas y nadie los mueve de allí: en la Argentina no tiene sentido ahorrar porque  la inflación se come los ahorros y siempre se termina perdiendo. Además: los bancos son “ladrones”, la bolsa es una “timba” y los que tienen dinero o son políticos corruptos o seguro que “a alguien estafaron”.
Este compendio de creencias los vuelve nihilistas y los obliga a “vivir el momento”, y en su presupuesto diario lo que más ponderación tiene son los gastos hormiga, que son aquellos gastos pequeños (un café por el camino, almuerzo en un restaurante cerca del trabajo, llevar a lavar el coche, etc.…) que realizan casi sin darse cuenta.
Como resultado de este comportamiento viven el día da día: no deben nada, pero tampoco tienen excedentes de dinero cuando llega fin de mes, y esa situación los preocupa de cara a un futuro donde tengan que depender de la jubilación estatal.
Frase de cabecera: “No sé en qué se me va el dinero…”.
6) El tacaño
En primer lugar, sería bueno definir si una persona es avara o tacaña, que no es lo mismo. El avaro ama el dinero per sé, y disfruta de acumularlo y poseerlo, y es una persona que aunque tenga mucha riqueza puede vivir en la miseria con el fin de ahorrar y tener más dinero. El tacaño, al contrario, se agarra del dinero por temor al desamparo económico, y esa búsqueda permanente de seguridad es la que le impide gastar. No gasta por el miedo a la pobreza, por más que no se encuentre para nada cerca de ese escenario en la actualidad.
Para el tacaño la imposibilidad para gastar pasa por un tema de miedos económicos, y  siente que tiene sacrificarse todo el tiempo en pos del ahorro. No irse de vacaciones para no gastar, comprar siempre segundas marcas sin importar la calidad, no encontrarse con amigos/as con tal de no pagar una comida en un restaurante son algunos de los ejemplos de sacrificio en pos del ahorro.
Esta concepción equivocada de la vida está dada por un afán excesivo y desordenado de poseer bienes, y la seguridad económica muchas veces se transforma en una zanahoria móvil que nunca cree alcanzar, aunque muchos tacaños tengan ahorros como para vivir varias vidas y no quieren (o pueden) admitirlo.
El tacaño puede llegar a tener un ataque de pánico al recibir una invitación para un cumpleaños o casamiento: hay que comprar un regalo acorde a la ocasión, y eso significa gastar.
Se trata claramente de una de las peores patologías de la presente nota.
7) El altruista pobre
Según Wikipedia.com, el altruismo (del francés antiguo “altrui” = de los otros) se puede entender como aquél comportamiento que aumenta las probabilidades de supervivencia de otros a costa de una reducción de las propias. Está relacionado con el sacrificio personal por el beneficio de otros.
El altruista pobre es aquél que siempre está comprando cosas para los demás o directamente regalando sus posesiones (como la casa o el auto) a familiares o ex esposas/esposos, por lo cual a pesar de haber generado dinero durante su vida siempre está en una situación de escasez.
Esta patología está asociada con una idea del dinero como algo oscuro, generador de culpa y del que es necesario desprenderse cuanto antes.
Conclusión
El objetivo debería ser siempre poder ahorrar para invertir ese dinero, de manera tal de generar ingresos que nos permitan, al menos, mantener el poder adquisitivo en un contexto como el actual de altas tasas de inflación.
Pero, claro está, llegar a ese lugar sin saber de donde estamos partiendo complicaría un tanto las cosas.
Dado que estos temas son encarados tangencialmente en charlas de café y otros lugares improvisados, por gente que en su mayoría tampoco entiende bien su comportamiento monetario, pienso que estas clasificaciones pueden ayudar para al menos saber qué es lo que se está haciendo mal y cómo corregirlo.

jueves, 24 de octubre de 2013

Jodorowski ( Lecciones de humildad para el ego)



OH MY GOD!

Alejandro Jodorowsky: La mejor manera de domar nuestro ego, es enseñarle la humildad. Hacerlo que se dé cuenta que los sentimientos de inferioridad son el atributo del ser humano. Hacen parte de su naturaleza, como la humedad del agua.. Su aparición depende esencialmente de la constitución humana: sentimientos de debilidad, impotencia y parasitismo desde la infancia. Estos sentimientos de inferioridad crecen o disminuyen según la educación recibida, la confianza en sí adquirida o no, el miedo a la vida, etc. La familia, en esto, tiene un importancia esencial, así como la raza, la situación social, etc. Los sentimientos de inferioridad engendran compensaciones cuya finalidad es restablecer un ilusorio equilibrio y dar una sensación de fuerza y facilidad. Se encuentran entre estas compensaciones numerosos derivados de la paranoia: agresividad exagerada, desconfianza patológica, orgullo, demasiada seguridad en sí mismo, desprecio por los otros, voluntad de tener razón, etc. Mientras más fuerte es la compensación, más grande es el riesgo de recaer violentamente en  los sentimientos de inferioridad iniciales.

Si se quiere expandir los límites del ego, para alcanzar mayores niveles de Conciencia, es necesario antes que nada aceptar sin terror y con humildad, nuestras impotencias  más profundas y  verdaderas. Debemos ser capaces de decirnos; “Soy mortal. No puedo vencer a la muerte, ni la mía ni la de los otros… No puedo impedir que mi cuerpo envejezca… Nunca lo sabré todo sobre cualquier tema, ser, o cosa…  Nunca conoceré al Universo entero… Todo es prestado, nada es mío, ni siquiera mi cuerpo… Siempre habrá alguien más fuerte que yo, mas sabi@ que yo, más bell@ que yo… No me basto a mí mism@: siempre necesitaré la ayuda de otros… Nunca me aceptará todo el mundo. Siempre habrán quienes me rechazarán… Seré olvidado: más pronto o más tarde mis rasgos personales se esfumarán de la memoria colectiva… Me es imposible afirmar objetivamente nada. Todo lo que “sé” no son realidades sino creencias…”
Aceptando la realidad de estos límites y comprendiendo que todos son convencimientos de nuestro ego individual, que se vive como separado del total de la Creación universal, podemos, si damos el salto del yo al nosotros, comprendiendo que somos parte integrante se la Humanidad, encontrar un sano consuelo diciéndonos: “Yo, como individuo soy mortal, pero como Humanidad, si desarrollamos nuestra Conciencia, podremos ser inmortales. Viviremos tantos años como vive el Universo… Si mi cuerpo envejece, mi espíritu no tiene edad: forma parte de la edad del cosmos, nació en el momento mismo en que nació este Universo… Mi razón no lo sabe todo, pero mi inconsciente sí: mi cerebro tiene millones de neuronas, tantas como estrellas hay en el cielo, que contienen el conocimiento total… Yo  no podré conocer al Universo entero, pero mis descendientes, antes que la Tierra sea tragada por el sol, -es ese su destino-, viajarán con sus cuerpos de planeta en planeta, conociéndolos todos. Y, siendo capaces de salir de sus cuerpos, podrán atravesar los límites de la materia y observar desde otra dimensión, al Cosmos como un organismo entero… Aunque piense que todo es prestado, hay algo que es absolutamente mío: estos momentos en que estoy vivo: se me ha dado un lapsus de vida para que la la experimente en toda su intensidad: ese es el maravilloso regalo que se me ofrece: un presente que es una efímera joya. Si pierdo mis deseos posesivos, y ceso de apoderarme individualmente del futuro, seré propietario de mi vida…  Quien parece más fuerte, mas sabi@ y más bell@ que yo, es nada más otro aspecto de mí mism@: yo soy todos y todos son yo. Eso que llamo “Yo” es la conciencia universal, el impensable Dios… De igual manera que siempre necesitaré la ayuda de los otros, los otros siempre necesitarán mi ayuda, nuestras individualidades están unidas. El rezo bíblico dice: “Padre nuestro…” y no “Padre mío…”,”yo” es “nosotros”, no hay nada para mí que no sea para los otros… Siempre habrá quienes me rechazarán por que estoy viv@. Si estuviera muert@ todos me alabarían, si cometiera un crímen bestial, todos me odiarían. El mecanismo de la vida se realiza entre el rechazo y la aceptación… Como individuo encerrado en la cárcel del ego, seré olvidado, pero si trasciendo lo personal formaré parte integrante y activa de la memoria colectiva… Si no puedo afirmar objetivamente nada, si no puedo conocer la Verdad, puedo conocer la belleza. Entre todas las creencias, sabiéndolas todas  ilusorias, subjetivas, elegiré las más bellas, más útiles, tanto para mi como para todos. Colaboraré con mis sueños al desarrollo de la Conciencia.”
(El placer de pensar 108)



miércoles, 23 de octubre de 2013

Sergi Torres (Disfrutar= Dar fruto)


Me encanta toda esta ponencia de Sergi Torres pero para los que no tenéis mucho tiempo os recomiendo del minuto 14 al 25.

Garantizada la risa y el descubrimiento de un ser muy original hablando del DAR.


Si bajara un ángel del cielo y me dijera...


...que nunca me va a faltar de nada.

¿Cómo actuaría ante la necesidad del prójimo?

¿daría mas o daría igual?

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¿Por qué doy? ¿para calmar mi conciencia? ¿porque me siento culpable de no pasar necesidad?

¿Cómo puedo juzgar a una persona que vive en la escasez si nunca he tenido esa experiencia? 

Debo plantearme que no es de mi incumbencia el uso que le de la persona a mi dádiva. Que no es mi responsabilidad ni tengo el derecho de pretender controlar ni enjuiciar al otro por la finalidad que le de a esa donación. ¿Quién soy yo para juzgar al otro? 

Los indios americanos tienen una frase que me encanta: 

Antes de juzgar a alguien, camina tres lunas en sus zapatos.

Por otro lado, ¿Y cuándo doy a personas que quiero?

¿Desde dónde lo hago? ¿Para qué lo hago? ¿Estoy buscando amor o reconocimiento dando?

¿No será una forma de controlar al otro? dando...

¿Qué pasa cuando ese otro, en todo su derecho, no te da el nivel de amor o atención que tu crees que mereces? ¿Te acuerdas de lo que le has dado en ese momento?

Si pasa eso, entonces hay que revisar desde dónde damos, para qué damos y quizás merezca la pena, hacer un Stand by en el dar, y ver que pasa. 

El que te quiere, te querrá igual y es posible que estés rompiendo una inercia y limpiando una toxicidad que podría echar a perder para siempre alguna relación que de verdad valoras. 

Para mi, lo mas importante ante un conflicto interno es:

¿Qué me enseña esto de mi?

Y el otro, si tiene intención de desenmascarar sus propias neurosis,  probablemente se haga esta misma pregunta..pero ya no es asunto mío, ni mi responsabilidad y pretender que el otro avance no es mas que otra forma de control.

Seguimos...