jueves, 31 de mayo de 2018

Solari Parravicini, sobre el hombre y la mujer


Me parece arriesgado, como mujer, y hablo de mí, tomarme demasiado en serio las corrientes de pensamiento, propagandas, que interpreto apuntan a que el futuro es de la mujer, que nosotras vamos a arreglar el mundo, que deberíamos dirigirlo...etc. Arriesgado porque no sé si yo tengo la madurez necesaria para no traspasar la línea que va del justo empoderamiento a la creencia de que soy superior al hombre (interiormente, claro, de boquilla seguiré diciendo que somos iguales). Puedo pensar que es imposible que esto me pase, pero a la vista está que algunos hombres lo piensan, que son superiores ¿por qué no me podría pasar a mí, como mujer, como ser humano, que tengo las mismas debilidades que un hombre? 
Integrar la energía femenina en hombres y mujeres, tiene más sentido para mí, como objetivo, de momento. Sintonizar con el mundo interno y el externo. Reequilibrar la masculina, en hombres y mujeres también.
Siempre ha habido profetas, visionarios y visionarias, por ejemplo, Solari Parravicini. Parece que se ha ido comprobando que tan mal encaminado no iba en algunas de sus profecías.
Como cualquier profecía, transmitida por un ser humano, llevará su dosis de ignorancia y su dosis de sabiduría...pero a mí las que hizo sobre el futuro del hombre y la mujer me han puesto la mosca detrás de la oreja, porque resuenan, en cierto modo, con las dudas a las que estoy dando un espacio en mi vida.

jueves, 24 de mayo de 2018

Eugenio, el humorista que murió de pena


Después de ver el documental sobre la vida de Eugenio, el humorista que nos hizo reír tanto y que murió de pena, me siento obligada a aprender de sus errores.
Me pregunto cuántas mujeres y hombres elegirían dedicarse al trabajo del cuidado del hogar si éste fuera justamente remunerado. Es posible que también fuera necesario, para poder elegir con verdadera libertad, transformar las creencias que tenemos sobre la elección de dicho camino, como prioritario.
Parece que hoy en día, dedicarse al hogar es sinónimo de estar desperdiciando nuestros talentos. Pero, si consideráramos "amar-cuidar bien" un talento humano a desarrollar (al nivel de cualquier otro arte, ciencia...), quizás podría ser elegido como un legado valioso para las futuras generaciones de nuestro clan. Tanto como lo sería el legado de cierto status o patrimonio material.

"Amar bien", entendido, en primer lugar, como el cultivo del amor propio que nos salvará de la martirización y el sacrificio innecesario.
"Amar bien" apoyar y no solucionar.
"Amar bien" atender necesidades, no deseos.
"Amar bien" observar, limitar la intervención.
"Amar bien" respetarse y respetar los espacios del otro (otros)
"Amar bien" escuchar, acariciar, poder presenciar el despliegue de lo que cada miembro de la familia es
"Amar bien" comunicar, dialogar, no avasallar e imponer.
"Amar bien" hacer autocrítica, abandonar la hipocresía, ser coherente...
y tantas otras cualidades del bienamar. A mí todas ellas me parece difíciles de lograr. Un Arte, un verdadero talento a cultivar. 
Eugenio murió de pena porque se dio cuenta de que había malgastado su vida. Tuvo un éxito sin precedentes, pero sus mujeres e hijos tuvieron que hacer enormes esfuerzos en el documental por justificar lo injustificable. Falló como padre y como pareja, no lo pudieron negar. Un retrato de una vida fracasada de la que aprender.

martes, 22 de mayo de 2018

Pongamos que


Fotografía de Martine Franck

Pongamos que llego a vieja. Pongamos que vivo hasta los noventa años, lo cual me lleva a pensar y a asumir que tendré achaques, que me cansaré antes, que pasaré bastante tiempo sola, aunque participe de actividades y aprendizajes de mi gusto, quiero decir, que tendré suficiente tiempo para pensar, para recordar, es posible que mirando por una ventana. 
No necesariamente mis recuerdos vendrán acompañados de una melancolía que aplastará mi cuerpo. Si he cumplido con mi objetivo, hacer lo mejor que pueda lo que vine a hacer, pueden ser días para ser vividos con alivio, como un merecido descanso. Imprescindible elegir bien, a conciencia. Superar los miedos que me impiden adentrarme en nuevos escenarios. Perdonarme por mi errores, celebrar con vino el aprendizaje oculto. 
Da miedo imaginarme vieja. Caminar invisible por la ciudad. Pongamos que vivo hasta los noventa años. Es importante poder imaginarme vieja. Esfuérzate, me digo. Ese futuro depende de mi presente. No hay garantías. Puedes hacer yoga toda una vida, una caída, e igual te quedas jodida. Comes saludable, un cáncer, te mueres. No hay garantías. De una vejez feliz, o cuando menos serena, no hay garantías. ¿Conoces algún viejo feliz? si lo conoces, pregúntale su secreto. Por preguntar, nada más, porque es Su secreto. 

Cada uno, el suyo. El mío, todavía permanece oculto.

jueves, 10 de mayo de 2018

el primer poeta-Khalil Gibran


El primer poeta de este mundo debió de sufrir mucho, cuando dejó a un lado el arco y las flechas e intentó explicar qué sentimientos le inspiraba una puesta de sol. Es muy posible que los demás se burlaran de sus palabras; pero de todos modos, lo hizo; porque el verdadero Arte exige que el artista intente mostrarse. Nadie puede vivir a solas con la belleza que es capaz de percibir.

Carta a Mary Haskell de Khalil Gibran

Sobre el oro-Khalil Gibran




Todo es bueno en la vida; hasta el oro, pues él también nos da una lección. El dinero es como un instrumento de cuerdas; aquel que no sabe tocarlo correctamente sólo oirá melodías discordantes. El dinero es como el amor; mata pausada y dolorosamente a aquel que lo rehúye, y vivifica a aquel otro que lo vuelve sobre sus semejantes

Khalil Gibran-Ayer y hoy
Lágrima y sonrisas

lunes, 7 de mayo de 2018

Análisis Ana León Mejía (IESA-CSIC, Córdoba)






Un acercamiento a las posiciones críticas con el feminismo establecido desde la documentación y el análisis de la producción científica.

Ana LEÓN MEJÍA
(IESA-CSIC, Córdoba)

En esta investigación vamos a aproximarnos a un nuevo fenómeno: el feminismo disidente. Esta corriente de pensamiento ha sacudido a la opinión pública estadounidense con las críticas lanzadas contra el pensamiento feminista. 
Las feministas norteamericanas tienen un enemigo añadido a su consabida lucha contra la sociedad patriarcal y, esta vez, no se trata de ningún tipo de crimen contra la mujer, ni de una escalada de violencia de género. Este nuevo adversario no es otro que el trabajo de un grupo de feministas norteamericanas y académicas, que acusan al movimiento por la liberación de las mujeres de haberse convertido en un movimiento de victimización.
Estas feministas disidentes muestran su desacuerdo con el feminismo establecido por haber traicionado la causa de las mujeres en su manipulación de la realidad. Señalan que muchas de sus investigaciones carecen de rigor científico y están imbuidas y demasiado contaminadas por la ideología feminista. Afirman que estas deficiencias de calidad se trasladan a los estudios de mujer de las universidades, cuyos contenidos están limitados por la censura de la corrección política feminista (Patai, 2003). Culpan al feminismo de haber creado un estado de alerta y crispación con la extensión de la definición de los conceptos de acoso y agresión sexual más allá del propio sentido común (Patai, 2003; Paglia, 2001; 1994; Sommers, 1994). Le atribuyen también, estar promoviendo una nueva guerra de sexos que parecía enterrada y superada por el cine en sus géneros de ficción y comedia. Esta vez, el odio parece unilateral: del hombre a la mujer; las cargas morales están reducidas a dos papeles, el del verdugo (el hombre) y la victima (la mujer). Las consecuencias parecen ser el constante estado de temor y rencor de las mujeres y el desconcierto y la culpabilidad de los hombres.
Esta situación tan extrema comienza a ser achacada a la denominada ideología del género. Las feministas de la disidencia han roto un silencio contenido, con críticas que arremeten contra conceptos transversales del feminismo: la sociedad patriarcal, la dominación masculina, la violencia de género, etc. No tienen miedo en apuntar con su dedo hacia alguna de las teóricas más ilustradas y conocidas en el panorama no sólo nacional sino también mundial: Naomy Wolf, Susan Faludi, Gloria Steinem, Catherine McKinnon, Andrea Dworkin, Marilyn French, Shulamith Firestone, y una larga lista de mujeres que son de obligada referencia en cualquier curso feminista o de estudios de género.
Estas intelectuales intrépidas han reaccionado contra el mainstream feminista, en el nombre del espíritu libertario de los setenta y de una revolución sexual engullida por los fantasmas de fenómenos como las violaciones en las citas. Están preocupadas sobre todo por la pérdida de legitimidad de un movimiento que se encuentra sumido en una grave crisis de percepción por parte de la población femenina. Ésta no se considera feminista ni quiere ser identificada con las mismas, aunque sí tenga interiorizados los valores del feminismo y disfrute de los logros conseguidos por este movimiento.
Es una realidad que llama a todas luces la atención de cualquier mente inquieta y que hemos pretendido recoger en este trabajo.

https://lasdisidentes.com/2012/06/28/feminismo-disidente-por-ana-leon-mejia/

domingo, 6 de mayo de 2018

De cómo vamos construyendo nuestro pensamiento las mujeres (María José Lera)



Fotografía: Hanna Arendt
Extracto libro "El fútbol y las casitas" ¿Por que los niños y las niñas son como son?
¿En qué estadio me encuentro?
1. La construcción personal femenina
Uno de los trabajos más representativos de esta nueva línea sobre el estudio de las mujeres es el realizado por Belenky y sus compañeras, quienes a su vez habían trabajado previamente con Carol Gilligan (Belenky, Clinchy, Goldberger, & Tarule, 1997). Para realizar este trabajo entrevistaron a 135 mujeres de diferente clase social sobre cómo pensaban, cómo construían su pensamiento y cómo aprendían. Obtuvieron una tipología o clasificación de los tipos de mujeres, que a su vez, muestra una secuencia evolutiva aunque no todas consiguen llegar al último estadio: (1) silencio, (2) receptoras de conocimiento, (3) conocimiento subjetivo, (4) conocimiento procesual y (5) conocimiento construido. Los describiremos seguidamente, pues son interesantes de conocer.
(1) Mujeres en silencio: pertenecen a esta categoría aquellas mujeres que no tienen voz, consideran que son los otros, las autoridades quienes saben, quienes tienen la verdad. Solamente tres mujeres estaban en este nivel, sin embargo otras reconocieron que era un estado que habían vivido pero que habían superado. Estas mujeres eran las más jóvenes y las más deprivadas social, económica y educativamente. No tienen conciencia de sus capacidades, se consideran que no tienen nada que decir, no entienden lo que otros dicen, por lo que se limitan a obedecer, a ser pasivas, dependientes y sumisas. Entienden que esta es la situación de la mujer en general, lo que les ayuda a entender su dependencia y sumisión.
(2) Receptoras de conocimiento: esta categoría supone una evolución de la anterior; las mujeres se dan cuenta de su capacidad de aprendizaje y se convierten en aprendices a partir de escuchar a otros; es decir, aprenden constantemente, se convierten en almacenes de información. Por ejemplo, una chica madre soltera comienza con infinitas dudas e incertidumbres sobre los cuidados del bebé, pero descubre su capacidad de aprender y se convierte en una receptora perfecta (atiende las indicaciones que se le dan, acumula libros y revistas, retiene la información, y aprende a través de la escucha). Hay una atención especial a las autoridades, asumiendo que son quiénes determinan lo que está bien o lo que está mal. En cuanto a la concepción que tienen de sí mismas se atribuyen prioritariamente el rol de cuidar y atender a los demás, de ser agradable y amable y dando mucha importancia a lo que se piensa de ellas.
(3) Conocimiento subjetivo. Esta categoría describe cómo son las mujeres que en su desarrollo comienzan a reconocer que tienen una voz interior, una intuición, algo que les dice lo que deben o no deben hacer, lo que es correcto o lo que no. Es una confianza personal, privada y de conocimiento subjetivo o intuición. Este estado es percibido como una evolución, como un desarrollo de etapas anteriores en las que su opinión simplemente no existía (silencio), o reinaba un conformismo a las autoridades (receptoras de conocimiento); en esta nueva etapa son conscientes de algo interno en ellas, tienen algo personal que no sólo les ayuda a entender la realidad, sino que se convierte en motor y en guía de sus vidas.
Casi la mitad de las 135 mujeres se incluyeron en esta categoría, pero no tenían en común la edad (muchas de ellas llegaron a esta etapa a los 50 años, mientras que otras lo hicieron a los 30), ni el ambiente sociocultural, ni educativo, ni económico ni étnico. Solamente había una cosa que sí compartían: haber tenido una experiencia reciente de cambios personales en sus vidas, externa al ámbito académico o escolar. Estas mujeres reconocían el haber perdido el tiempo buscando una autoridad masculina, -como un padre, un novio o un marido-, a quien apegarse para conseguir una guía, una autoridad externa que les dirigiese su vida, que les dijera lo que estaba bien y lo que no. Cuando llegan a esta etapa reconocen que no necesitan de esa figura, que son ellas mismas las que tienen la suficiente capacidad y voz interior, seguridad, confianza e intuición para saber que es lo que más les conviene, y comienzan a organizar sus vidas en base a sus propias decisiones.
En esta etapa las mujeres se dan cuenta que la “experiencia de primera mano”, es decir sus propias experiencias son una importante fuente de conocimientos. Ya no necesitan escuchar tanto, ni leer, sino sacar partido a las experiencias que han tenido; es decir, comienzan a ser conscientes de todo el almacén de experiencias que han ido acumulando en sus vidas, y se dan cuenta de sus enormes capacidades para atender a los otros, de organizar una casa o resolver problemas económicos, de mediar en conflictos personales, de escuchar y tranquilizar, de educar y atender a niños, y etc. Comienzan a darse cuenta que tienen experiencias muy valiosas, y que pueden basarse en ellas para tomar decisiones. Estas mujeres son más independientes, seguras y por supuesto su autoconcepto comienza a cambiar enormemente.
La mitad de estas mujeres, iniciaron cambios importantes en sus vidas, como divorcios, dejar o asumir nuevas responsabilidades, empezar nuevos estudios, cambios de compañeros, etc. El descubrimiento que hacen de sí mismas les motiva tanto que comienzan a hacer mucha introspección y análisis de sus experiencias pasadas, principalmente de sus experiencias con los demás, y esta pasa a ser la más importante fuente de conocimiento. Tienen una imperiosa necesidad de conocerse a sí mismas, de saber quiénes son, qué quieren y adonde van, y por supuesto comienzan a realizar viejos deseos que nunca habían sido escuchados. Sin embargo, siguen escuchando a los otros, pero no desde una perspectiva conformista, sino activa y crítica, comparativa con lo que ellas sienten y piensan al respecto, para finalmente tomar decisiones. Comienzan a hablar, a decir lo que piensan en igualdad de condiciones, comienzan a considerarse individuos con los mismos derechos, deseos y posibilidades de vivir que el resto de los humanos, que hasta este momento se habían limitado a oír y obedecer. Para estas mujeres es muy importante encontrar otras personas que estén en este mismo nivel, pues si esto no ocurre pueden tener el sentimiento de soledad, de ser demasiado distintas e incomprendidas y desde luego una vez en este nivel no pueden volver atrás y ser conformistas y convencionales.
(4) Conocimiento procesual. Esta etapa surge cuando la posición subjetivista femenina se ve retada por autoridades que invalidan sus posiciones; la imposibilidad de aceptar y conformarse actúa como una necesidad de argumentar mejor sus puntos de vista, lo que consecuentemente es una ayuda para comunicarse con los demás, para explicar mejor el porqué de determinadas decisiones, para compartir puntos de vista, y en definitiva para desarrollar habilidades sociales necesarias para vivir en una sociedad plural. En esta fase las mujeres intentan mejorar sus habilidades de comunicación para entender mejor a los otros y explicar mejor el porqué de sus decisiones, están preocupadas en descubrir cómo compartir el proceso de aprender, y esto les lleva a mejorar enormemente sus habilidades de comunicación verbal.
Este proceso de comunicación puede hacerse desde el conocimiento separado o el conocimiento conectado, o por ambas, dependiendo de la situación. El conocimiento separado significa que la persona intenta ponerse en el lugar del otro pero de manera “objetiva”, para usar este conocimiento y transmitir lo que quiere pero de manera que sea entendido desde otra perspectiva. Por ejemplo, el caso de la alumna que responde en un examen de manera que sea entendido; es decir, si expresa directamente su punto de vista sabe que no será aprobada, si cuenta lo que se espera (el contenido del tema) aprobará pero se sentirá impersonal y vacía, pues no ha expresado lo que realmente quería. Luego la solución está en una vez que se ha expuesto el punto de vista del profesorado, introduce además su particular perspectiva de manera que el docente entienda lo que realmente piensa al respecto.
El conocimiento conectado requiere grandes dosis de empatía pues implica no solamente comprender el punto de vista de los demás, sino adicionalmente compartir y comprender la experiencia que ha provocado la formación de esa idea. Es decir, necesitan conocer lo qué se piensa y porqué se piensa. Este porqué implica revivir las experiencias que la otra persona ha tenido y que le ha llevado a generar ese tipo de pensamiento. En este tipo de conversaciones hay unos sentimientos compartidos; pero, para situarse totalmente en el punto de vista emocional y experiencial de la otra persona, es necesario proporcionar experiencias “de segunda mano”; es decir, revivir situaciones que la otra persona ha experienciado para terminar sintiéndolas y aprendiendo de ellas. Parece que los hombres tienen más problemas para involucrarse en este tipo de conversaciones, por considerarlas tan íntimas que las perciben como intimidadoras (bonito juego de palabras).
(5) Constructivistas. Finalmente en esta última etapa la mujer aprende que para tener una voz auténtica y única debe saltar fuera, fuera de las formas y los sistemas establecidos; intentan integrar toda su voz interior con todo lo que aprenden realmente de fuera, conectando conocimiento y emociones, conocimiento objetivo y subjetivo. Sólo cuatro mujeres llegaron a este nivel y la experiencia compartida que habían vivido había sido un intenso período de auto-reflexión y auto-análisis, sintiendo la evolución y psicológica y teniendo experiencias muy diferentes a las habituales (cambiando de zona geográfica o de país). Experimentaron un intenso proceso de conocimiento personal y proyección futura. Finalmente aparece un intenso deseo por conocer, personas, información, etc. pero este conocer no era pasivo; se fundamentaba en la necesidad de vivirlo e integrarlo en su nuevo mundo. Aparecen más “charlas reales”, donde no predomina ni el hablar ni el escuchar, sino el tener una comunicación compartida. Estas mujeres están preocupadas por su propio desarrollo moral, y esta sensibilidad les llevan a tomar una serie de compromisos y acciones sociales, y sienten la necesidad de llevar esta nueva perspectiva de vida hacia su trabajo y sus relaciones sociales.