domingo, 16 de noviembre de 2014

Archivos vivos y archivos muertos

Curiosamente, este post escrito hace un año estas mismas fechas, expresa justamente cómo me siento en estos días ¿Para qué cambiarlo? quizás me de una pista oculta al releerlo hoy.




El otro día tuve la satisfacción de trabajar remuneradamente dando una clase de informática.

No es habitual que uno tenga acceso a una bandeja de entrada que no sea la propia; por ello, sentía una mezcla entre apuro y curiosidad.

Descubrí que hay personas que eliminan los mensajes que ya han leído, con lo que su bandeja de entrada cabe en una sola página.

Ese hecho me llevó a pensar en las formas de archivar en una oficina.

Existen archivos vivos y archivos muertos.

¿Qué va al archivo muerto?

Todo aquello que ya ha cumplido su función y raramente lo necesitaremos.

En el disco duro también guardamos, eliminamos y a veces, incluso vaciamos la papelera.

Y si trasladamos esto a nuestras vidas..

¿Cómo sabemos que una situación, relación, trabajo ha llegado al Fin? pero el fin definitivo, me refiero.

El que nos obliga a saltar al vacío con la confianza de que si tu vida te había deparado este mal trago, no será gratuito. Quiero decir, que será para bien.

Quizás cuando uno siente que ha hecho todo lo posible pero que aun así, la cosa no avanza y en ese no avance, el sufrimiento se vislumbre tan intolerable y largo que nos haga sacar el guerrero que habita en nosotros y este se lance a la gesta de amor mas grande: el amor por uno mismo.

Sin duda, soy de la opinión que cada situación, sobretodo las dolorosas, traen un aprendizaje. Si mandamos al archivo muerto una situación, sin antes haber traído a la conciencia ese aprendizaje, seguramente nos volveremos a encontrar con ese reto mas adelante.

Que difícil.

viernes, 1 de agosto de 2014

Erich Fromm



En el arte de vivir, el hombre es al mismo tiempo el artista y el objeto de su arte, es el escultor y el mármol, el médico y el paciente

Etica y Psicoanálisis, Erich Fromm

martes, 29 de julio de 2014

Gloria Fuertes y Fernando Savater





El problema era saber sufrir (este lo he resuelto)
y saber gozar (queda en el aire)

Gloria Fuertes (Historias de amor, humor y desamor)






La nuestra debe ser la alegría de vivir, no necesariamente de lo vivido.

Fernando Savater 







Dos personas a las que admiro y sus respectivas miradas sobre el goce de vivir. Para los que gustan de reflexionar como yo, son dos textos delicatessen.


Dos personas con las que me encantaría pasar un rato (con una, lamentablemente es imposible, con el otro, quien sabe...)

lunes, 28 de julio de 2014

Post It (en algún lugar visible)


Dosificar las cosas que me encantan (como las coquinas o la compañía de mi amado)

Objetivo: Valorarlas como se merecen.



viernes, 25 de julio de 2014

Chancleteo exigente




Es verano y chancleteo...
Cuántas veces me he escuchado chancletear
con la esperanza de que estuvierais mirando.
muchos veranos, 
diferentes hombres, 
misma esperanza.
Es verano y chancleteo frente a ti.
Me giro poseída por un arranque de chulería
¿Pero, me miras o no me miras?

miércoles, 23 de julio de 2014

SORORIDAD ( no, no me he equivocado, pone sororidad )




Una mujer desconocida me sonríe, cómplice.
No se de qué...
pero la sensación es maravillosa.

martes, 22 de julio de 2014

Un sábado de julio






S: ¿De dónde vienes?
X: De Matalascañas.
S: ¿A dónde vas?
X: A Sevilla
S: No lo entiendo
X: Magnífico ejercicio de estiramiento para tu cerebro.


domingo, 20 de julio de 2014

Mar católico




MAR CATÓLICO

En contra de mi pronóstico
hoy no baja la marea.
¡Qué gran amante el mar!
siempre imprevisible.
Quien iba a decir que respetaría
el descanso dominical.

sábado, 19 de julio de 2014

Virus veraniego





Un vivo superviviente
al paso de la vida
llegó a mi vida
y me llenó de vida:
la vida es contagiosa

domingo, 29 de junio de 2014

Simone de Beauvoir



He sabido que la criticaron algunas feministas cuando leyeron sus cartas de amor a Nelson Agren, su gran amor americano. Vulnerabilidad, entrega, romanticismo a go go.

¡Maravillosa Simone!

A mi, demasiada coherencia me levanta sospechas.

sábado, 28 de junio de 2014

Al loro con el loro




No me explico cuál puede ser el placer que experimenta el dueño de ese loro que al alba grita “¿Qué pasa?” seguido de alaridos, una y otra vez, una y otra vez. ¿Será el placer de haberlo amaestrado? ¿de haberlo humanizado dándole el don de la palabra? ¿Se sentirá un poco Dios acaso? 
¿No se da cuenta de que lo ha convertido en el blanco de los odios de sus vecinos?

¿Que pasa? Ahgggggggg ¿Qué pasa? Ahggggggggg ¿Qué pasa? Ahggggggg

Estando en estado de duermevela asumí en un inicio que era mi conciencia:
¿Qué tema habré dejado irresuelto? ¿Sobre cuál asunto estaré haciendo la vista gorda? me pregunté.

Cuando me di cuenta de que se trataba del loro del vecino traté de redirigir mi ira e inquietud diciéndome que quizás el dueño del loro fuera en realidad un sabio de los que aparecen en esos cuentos cortos de oriente llenos de sabiduría. ¿Y si se tomó la molestia de amaestrar al animal para despertar nuestras conciencias al alba obligándonos a despertar y evolucionar?

Quedaría así absuelto, en mi juicio, por haberle arrebatado la libertad y la dignidad al loro. 

Con este pensamiento un poco surrealista me sentí mas cómoda con los ¿Qué pasa? y sus correspondiente Ahggggggg.

No pude retomar el sueño pero sí ciertos asuntos pendientes.



lunes, 23 de junio de 2014

Codicia



Soy codiciosa: acumulo valiosos instantes de soledad.

Ilustración: Mónica Carretero


miércoles, 26 de marzo de 2014

Lo mas cerca



¿Lo mas cerca que he estado de abrazar una cigüeña?
Cuando me envolvió su sombra

Al final del túnel mágico siempre pasan cosas
o quizás las imagino

Encuentro el equilibrio sobre el árbol cansado
trazo mi propio río al vaciar mi vientre

¿Lo mas cerca que he estado de ser luz?
Cuando me conmoví escuchando la electricidad

Creo que empiezo a entender la magia de este túnel
Aquiescencia

¿Lo mas cerca que he estado de ser aire?
El día que las cabras no me saludaron 

Hoy la cigüeña me esperaba
en medio del trigal

¿Lo mas cerca que he estado de ser fuego?
cuando me rindo

Bienaventurado túnel
te merecerías un peaje.





domingo, 23 de marzo de 2014

¿Cuándo obtienes tus mejores ideas?



Ayer estuve en una sesión formativa a cargo de Carlos Espinosa, Inspector de educación y pionero en los estudios y puestas en práctica de la educación Holística, o lo que es o mismo, la forma de educar que acompaña al niño desde el corazón, teniendo en cuenta sus emociones, sus capacidades y sus dones únicos. Uno podría pensar que su cargo ( en España) es incompatible con la importante misión que está desempeñando desde hace muchos años. Esto en la práctica, no es así. 

El motivo del post es compartir algunas cositas que dijo.

Una de ellas es el estudio que IDA Champions hizo con 10.000 personas a las que hicieron la pregunta que encabeza este post: ¿Cuándo obtienes tus mejores ideas?

97%                                                                                        3%

Bañándome                                                                            En el trabajo
Antes de dormir
Cuando no hago nada
Caminando
Comunicándome con alguien
De vacaciones
Bebiendo vino
Analizando
Otras actividades

A buen entendedor...


Otras curiosidades que explicó fueron que Mozart hacía ejercicio antes de componer y que Yokinura Nakamatsa, inventor japonés con 200 patentes, escuchaba la 9ª sinfonía de Beethoven antes de la fase de ejecución de un proyecto.

Nos habló del hemisferio intuitivo y del significado de la palabra Intuición. IN ( dentro) tuit ( tocar), es decir, usar el lado intuitivo es tocarnos dentro. 

También dijo que el cerebro intuitivo era tímido y que necesitaba ser invitado a jugar. 

Así que cuando necesites una buena idea para crear o para solucionar un problema, puedes probar cualquiera de las cosas que respondieron el 97% de las personas preguntadas o mas divertido aún, proponte averiguar a qué le gusta jugar a tu cerebro intuitivo.




lunes, 17 de marzo de 2014

¿En qué trabajas?



¿Qué intención tenemos cuando hacemos esta pregunta?

¿Cuánto nos cuenta realmente de esa persona?

¿Nos acerca o nos aleja obtener esa información?

¿No es cierto que los seres humanos estamos llenos de prejuicios y opiniones preconcebidas?

Hago un ejercicio de escribir los pensamientos automáticos que tengo si le pregunto a alguien en qué trabaja y me contesta:

Funcionario de Hacienda:  Persona amargada, no asume riesgos, no le gusta su trabajo.

Basurera: Vida difícil, me genera compasión.

Escritor: interesante, sensible, culto.

Maestra: Le gustan los niños, sensible, vida alegre por estar rodeada de niños.

Director de banco: materialista, poco sensible, Rico, moral dudosa.

Piloto de avión: Rico, éxito con las mujeres.

Cajero de supermercado: Vida dura, insatisfacción.

Profesor de filosofía: interesante, culto, inteligente, sabio, eticamente correcto.

Bibliotecaria: afortunada, trabajo tranquilo, feliz.

Actriz: valiente, vida que implica mucho esfuerzo, interesante.

Es probable que al leer mis ideas pre-concebidas, no coincidan con las tuyas. Y lo mas seguro es que ni tu ni yo tengamos ni idea de cómo es esa persona, su moral o su nivel de felicidad. Precisamente por esto, ahora puedo responderme. Sin duda, estas ideas preconcebidas, fruto de mi tendencia al juicio, a opinar  y compararme, me ALEJAN de la persona. Una vez obtengo esta información, sino estoy atenta a descartar mis juicios automáticos, mi mirada no será limpia y es probable que me pierda la oportunidad de conectar con el ser humano que tengo delante. 

Quizás deje de hacer esta pregunta en los nuevos encuentros porque, definitivamente, mi inconsciente ahora mismo es como un garaje lleno de trastos que no sirven para nada.





domingo, 9 de marzo de 2014

Alba




Saboreo cada instante
cara lavada
excitada por el ritual
Entro en mi
Miro las manos blancas de la churrera
mientras, el agua de la fuente
sigue empujando una lata de coca-cola
inútilmente
por sí misma no lo logra.
El ansiado paseo
que me depara sorpresas
mariposa muerta
Alba avasallada de ojos apagados
por sí misma, no lo logrará.
Llanto y angustia:
cosas del saborear.
Al final del camino
una fila de emociones me sigue,
como preescolares
los pongo en parejas
Se consuelan y planean.
Llego a la puerta
Salgo de mí


martes, 25 de febrero de 2014

Asignatura a recuperación



Con esta imagen medito sobre los temas que poco a poco se han ido convirtiendo en predominantes de este blog: gratitud, la soledad y el amor.

Gratitud por esta pésima costumbre que tenemos los humanos de criticar porque me ayuda a practicar el arte de ser yo misma.

Ser uno mismo, a veces, puede llevarnos a experimentar periodos de soledad. ( etapas aprovechables para seguir siendo uno mismo y abrirse a lo nuevo, que, inevitablemente, siempre llega)

Es probable que a medida que uno vaya practicando este arte y descubra la libertad que se siente al hacerlo se enamore de sí mismo y como consecuencia directa deje de criticar.




domingo, 23 de febrero de 2014

CAMA-RADA



Se derrumban dentro de mi todos los ideales románticos de los que me he ido empapando a lo largo de mi vida. No funcionan, o por lo menos a mi no. Provocan el enfrentamiento de los amantes, interna y externamente. Y a la larga, pasa factura.

Me obligo a exorcizar tales creencias y a dejar entrar lo nuevo, mas bien, construirlo. 

La palabra Camarada me gusta porque me habla de apoyo mutuo, libertad, respeto, comprensión..
Un camarada no tiene que cumplir mis expectativas ni yo las suyas. 
Si se equivoca o hace algo que me hiere, nunca voy a pensar que lo ha hecho para hacerme daño. Respeto los silencios sin interpretarlos. 
Las expresiones de cariño son espontáneas y nacen del sentirse libre de realizarlas.
Los cama-radas son responsables de sus propias miserias y hacen el esfuerzo por no volcarlas en la relación.
Cada uno es responsable de sus emociones y de su felicidad. El otro comparte dicha felicidad, no la provee.
Soy capaz de decirle la palabra NECESITO sin sentirme vulnerable. 
Me expongo sin temor. 
No le poseo ni él a mi. 
Mi única expectativa es que sea feliz, cerca o lejos de mi. 

y además , comparto CAMA!

y ahora, manos a la obra.

domingo, 9 de febrero de 2014

Detrás del sufrimiento, hay probablemente un pensamiento equivocado ( Sergi Torres)



Hacía dos días que un catarro la acechaba, pero como era  habitual en ella, optó por su versión "El cuerpo habla, yo hago oídos sordos". Como el malestar iba en aumento no le quedó mas remedio que dedicarle unos minutos. Se permitió tumbarse un rato en la cama y lo curioso es que el malestar aumentó. No el malestar físico pues ese estaba siendo atendido, sino el anímico. 
Recordó aquella frase que dijo Sergi Torres " Detrás del sufrimiento, hay probablemente un pensamiento equivocado" y partir de ella empezó a tirar del hilo. Comprobó lo acertado de la frase pues no descubrió solo un pensamiento equivocado, sino tres. 
El primero de ellos es que le había prometido a su hija llevarla a la sala de juegos y si atendía a su malestar haciendo reposo, sentía que le fallaría. El segundo provenía del anterior y afectaba a su pareja que tendría que hacerse cargo de la niña cambiando sus planes. El tercero era relativo a su aspecto y la creencia que su aspecto congestionado le daba un aire desaliñado, además de transmitir vulnerabilidad y esto último contradecía la auto-imagen que tenía de sí misma. Definitivamente estaba cayendo además en un estado bastante auto-compasivo y con una necesidad de afecto que no se atrevía a demostrar. 

Una vez detectadas las alarmas pudo transformarlas, una a una. No era difícil, una vez reconocidas, todas se difuminaban dejándole una media sonrisa en su rostro. Tenía derecho a estar enferma y no por ello iba a perder el amor de los suyos. Al fin y al cabo, la vida nos presenta continuamente oportunidades para aprender a aceptar y adaptarnos. Simplemente el ejercicio de enfrentarse a los pensamientos equivocados le permitió sopesar la opción antes no contemplada, de que dándole algo de reposo al cuerpo, era posible recargar las pilas y cumplir con lo prometido.

Mientras escribía esta vivencia en su ordenador, después de tomarse un caldo reconfortante, se acercó su hija a recordarle su promesa de llevarla a la sala de juegos. 

" Voy a tomarme un ibuprofeno y si me siento mejor, te llevaré "

Y así fue como a la enfermedad le presentó su versión " El cuerpo habla, yo lo escucho"


sábado, 8 de febrero de 2014

Gracias Magdalena



por limpiar mi mirada
enfrentarme a mis demonios
crear atmosferas
disolver la oscuridad
con tu sola presencia.
Premiarme con tu atención
y tu amor incondicional
Sabedora de tu función
flecha y arco
tu y yo.



(la flecha y el arco al que hace referencia Khalil Gibran en su escrito Sobre los hijos del libro El profeta)







viernes, 7 de febrero de 2014

Seriedad e ironía; Sontag y Rilke


Temas que actualmente ocupan mis pensamientos.

Extracto del blog modernasalvaje.wordpress.com

Luego aparecen preocupaciones comunes. Por ejemplo, la ironía y la seriedad, tanto en el plano personal como la práctica artística. Tanto Rilke como Sontag privilegian la seriedad. Por contraste, admiten la utilidad de la ironía como “instrumento óptico”, como transitoria distorsión del sentido, de lo serio. Pero desaconsejan su entronización. Cada uno a su modo sugiere que, más que agudizar de la mirada, el gesto irónico convertido en dieta cotidiana puede ocasionar ceguera. O degenerar en frivolidad, que es una forma de ceguera selectiva.
De la seriedad escribe Sontag en una entrada de su diario fechada el 7 de enero de 1958:
La seriedad es para mí realmente una virtud, una de las pocas que acepto existencialmente y deseo emocionalmente. Me encanta ser alegre y olvidadiza, pero esto solo tiene sentido sobre el fondo imperativo de la seriedad”.
Sobre la ironía se pronunciará abiertamente casi una década después en “La estética del silencio”, un ensayo de 1967 incluido en su libro Estilos radicales:
El arte serio de nuestro tiempo ha gravitado sistemáticamente hacia las inflexiones más desgarradoras de la conciencia. Presumiblemente, la ironía es el único contrapeso viable para este solemne uso del arte como el ruedo donde se pone a prueba la conciencia (…) Mientras el arte se mantenga firme frente a la presión del interrogatorio crónico, parecería deseable que algunas de las preguntas tengan cierto matiz humorístico.
Pero esta perspectiva depende, quizá, de la viabilidad de la misma ironía.
A partir de Sócrates ha habido incontables testigos del valor que la ironía reviste para el individuo: como método complejo y serio para buscar y retener la verdad personal, y como medio para salvar la propia cordura. Pero a medida que la ironía se convierta en el buen gusto de lo que es, a fin de cuentas, una actividad esencialmente colectiva –la creación del arte- es posible que disminuya su utilidad”.
Por su parte, en la segunda de sus Cartas a un joven poeta (fechada el 5 de abril de 1903), Rilke aconseja:
Ironía: no se deje dominar por ella, especialmente en los momentos no creativos. En los momentos creativos intente servirse de ella, como de un medio más para captar la vida. Usada con pureza, también es pura, y no hay que avergonzarse de ella; y si se nota usted en excesiva familiaridad con ella, tema esa creciente intimidad, y vuélvase enseguida a objetos grandes y serios, ante los cuales usted sea pequeño e inerme. Busque la hondura de las cosas; allí no desciende nunca la ironía; y al dirigirse así al borde de lo grande, examine, a la vez, si esa manera de ver corresponde a una necesidad de su naturaleza. Pues de esa manera, bajo el influjo de las cosas serias, o bien se desprenderá de usted (si es algo casual), o bien (si es algo realmente propio e innato en usted) se reforzará hasta ser un instrumento serio, ordenándose en la serie de los medios con que usted debe formar su arte”.

viernes, 31 de enero de 2014

7 escenas de shopping, marcas y humanidad


( Una tarde de viernes a lo largo y ancho de la calle sierpes de Sevilla)

Frente a Stradivarius, un marido aburrido apoyado en un macetón es sorprendido por la cagada de un pájaro

En la sección de lencería de H&M una guapa mujer en estado de buena esperanza estira al máximo el elástico de unos pantalones de pijama. Su pareja la mira y calla.

Un adolescente con los ojos llorosos desplomado en un escalón. En su mano, una bolsa de regalo de Women's secret.

Un hombre embrujado por su IPad se para sin darse cuenta frente a la puerta de cristal automática de Mango. Solo el vuelo de una minifalda le saca de su estado.

Un forzado " Hola que tal, ¿cómo te va?"  atrapa de improviso a un transeúnte y a su conciencia.

Un muchacho sale esposado de Zara y es introducido en un coche patrulla.

Una mujer sucumbe a la tentación de comprar e intenta redimirse escribiendo sobre humanidades y shopping. Lo logra.

Y Socrates en el horizonte.


Imagen: Sócrates por Luca Giordano





Hay canciones de amor y canciones de AMOR



Que mejor que un poco de cachondeito y ligereza para dar contrapunto al AMOR.

Pensando en ti - Devendra Banhart




miércoles, 29 de enero de 2014

lunes, 27 de enero de 2014

Caminante no hay camino ( Antonio Machado-Joan Manuel Serrat)


A día de hoy me quedan pocos deseos por cumplir. Dos de ellos guardan relación con este poema y la música que lo acompaña.

1. Saber bailar esta canción a partir del minuto 1,48  (Aunque mucho me temo que el cumplimiento de este deseo requiera haber vivido aquellos años para haberme contagiado de esos ritmos y contoneos tan, a mi parecer, auténticos y de verdad )

2. Seguir sintiéndome toda mi vida como una peregrina; condición que me da la sensación de libertad que siempre he necesitado para ser feliz.


"El deseo o su aspiración de retornar al estado inicial de inocencia o de pureza, le otorga al hombre un carácter de «extranjero en esta vida terrena», a la vez que recuerda su condición de transitorio y perecedero en todos los pasos de la misma"

viernes, 24 de enero de 2014

Ave Fénix ( Enero )



La madera calcinada exhala su esencia
Caminante
si te arrimas a ella, oirás su aliento
anhelo de vida
el universo escucha y provee.



miércoles, 22 de enero de 2014

Le doy valor ( Poema Erri de Luca)






Le doy valor a toda forma de vida, la nieve, la fresa, la mosca

Le doy valor al reino mineral, a la asamblea de las estrellas

Le doy valor al vino mientras dura la pasta, una sonrisa involuntaria, el cansancio del que se ha derrochado a sí mismo, dos viejos que se aman

Le doy valor a aquello que mañana ya no valdrá nada y a lo que hoy vale todavía poco

Le doy valor a todas las heridas

Le doy valor a ahorrar agua, reparar un par de zapatos, callar a tiempo, acudir al grito, pedir permiso para sentarse, sentir gratitud sin saber porque

Le doy valor a saber donde esta el norte en una habitación, cuál es el nombre del viento que seca la ropa tendida

Le doy valor al viaje del vagabundo, a la clausura de la monja, a la paciencia del condenado sea cual sea su culpa

Le doy valor al uso del verbo amar y a la hipótesis de que exista un creador

Muchos de estos valores no los he conocido

martes, 21 de enero de 2014

Amistad divino tesoro. El amor, la envidia y la competencia en la amistad entre mujeres (Artículo)



Texto: Marié Morales

Web: crecejoven.com

El amor, la envidia y la competencia en la amistad entre mujeres.
Quien tiene un amigo tiene un tesoro. Eso es algo especialmente cierto en la amistad entre mujeres, de quienes se dice que no tienen pudor para contar las más íntimas preocupaciones a una desconocida en la cola del mercado. Las mujeres se vuelcan en otras mujeres con estrechos vínculos de afecto. Pero también hay conflictos de abandono y traición, envidia por los logros conseguidos y competitividad no siempre manifiesta. La negación de estos sentimientos que consideramos "poco dignos" nos sume, además, en el silencio, el enfado y dolorosos sentimientos de culpa.
Y sin embargo, la amistad, con sus pros y sus contras,  constituye una valiosa guía de autoconocimiento y crecimiento personal.
Cualquier problema con la pareja se comenta con facilidad (y a veces, con demasiada facilidad), igual que los problemas con los hijos, con las madres y padres o en el trabajo. Y a menudo se comparten con las amigas. Son conflictos que están a la orden del día y se consideran, justificadamente, causa de preocupaciones, estrés y hasta enfermedad. Las paredes de las consultas terapéuticas saben mucho de problemas matrimoniales, infancias desdichadas y madres "castradoras", exigencias del jefe o conflictos con los compañeros de trabajo. Pero poca gente acude al psicólogo para contarle sus problemas con un amigo o una amiga. Y sin embargo, en especial las mujeres llegan a establecer vínculos emocionales tan estrechos en sus relaciones de amistad, que en muchas ocasiones pueden ser también fuente de malestar, preocupación, tristeza, rabia y hasta depresión.

Muy especialmente en las últimas décadas, los movimientos de liberación de la mujer han conseguido que se establezcan entre las mujeres nuevos lazos de apoyo y solidaridad que han hecho que nos sintamos más cerca y mejor comprendidas por el hecho de compartir tantas luchas comunes (en el trabajo, con la pareja, en las tareas domésticas, en la educación de nuestros hijos e hijas, en el deseo de autonomía y de desarrollar una vida personal) Da igual que las mujeres hayan formado parte de esa lucha o no, lo cierto es que todas nos hemos beneficiado (y sufrido también) de esta nueva situación, que ha dado lugar a nuevos tipos de relaciones.
Las mujeres hoy ven a las otras mujeres como compañeras de lucha, o al menos como iguales frente a las injustas exigencias del sistema patriarcal y de unos hombres que se aferran a sus situaciones de privilegio y a sentimientos de inseguridad inmovilizadores o de huida. No es difícil que una amiga, o conocida, nos cuente sus tribulaciones con su pareja para compartir las tareas del hogar o la rabia de que un compañero gane más que ella por igual trabajo. Y no es difícil que una mujer responda "te comprendo perfectamente, sé de qué me hablas" cuando otra le cuenta sus luchas diarias.
Eso ha hecho que se establezcan unos lazos de solidaridad nuevos y que las mujeres se acostumbren a tener a otras mujeres a su lado, amigas con quienes compartir preocupaciones y retos, con quienes desahogarse y, en última instancia, junto a las que crecer. Paralelamente, surgen expectativas latentes y tópicos respecto a la "superioridad" de la mujer: más fuertes física (ningún hombre soportaría parir) y emocionalmente (responsables de la relación y sobreprotectoras), más inteligentes (las mejores notas en la universidad y mejores resultados en la empresa), más cooperativas, más entregadas y solidarias, menos ombligocéntricas y, en definitiva, personas con quienes poder contar. Consignas como "El futuro es mujer" o "Dadle el poder a una mujer" (cuando los casos de corrupción inundan un gobierno formado unánimamente por hombres) están a la orden del día.
La peor cara de la moneda es que todos estos tópicos de supuesta superioridad humana y emocional, y sobre todo esa identificación con otras mujeres como aliadas, hace más difícil admitir los problemas, cuando surgen. Y sin embargo, junto al apoyo o la solidaridad a menudo experimentamos también sentimientos de envidia, competitividad, rabia o traición respecto a otras mujeres, incluso de nuestras amigas más cercanas. Sentimientos, muchas veces, difíciles de verbalizar y, más aún, de comprender debido a la trampa de la idealización y sobre todo, de la necesidad de identificación y fusión con otras iguales.
Y, como es sabido, cuando no se verbaliza honestamente un problema acaba pudriéndose y, lo que es peor, no comprendiéndose. La amistad entre mujeres está llena de decenas de estos problemas sin resolver.
Según las terapeutas  Susie Orbach y Luise Eichenbaum, autoras del libro "Agridulce. El amor, la envidia y la competencia en la amistad entre mujeres" (Ed. Grijalbo), en los conflictos más frecuentes y difíciles de admitir entre las amigas, se encuentran los que tienen su origen en la competitividad, la envidia, el abandono y el enfado no reconocido.
 
Competir para existir.
Claudia, una violinista de 25 años, se sentía incómoda cada vez que se encontraba con sus amigas, Anna y Carol, dos bailarinas profesionales. Aunque las tres se conocían desde el colegio y siempre habían tenido muy buena relación, en los últimos meses Claudia hablaba poco cuando estaba con ellas, y cuando lo hacía era para resaltar, aunque fuera de pasada, sus éxitos como violinista, lo que luego la hacía sentirse presuntuosa y fatal.
El hecho era, en realidad, que Anna y Carol se sentían tan insatisfechas consigo mismas (especialmente desde que Claudia había empezado a firmar contratos con buenas orquestas y viajar) que tendían a hablar de música sin reconocer nunca su trabajo. Esta falta de reconocimiento y el hecho de que sus amigas se sintieran tan cómplices espoleaba los impulsos competitivos de Claudia. Se sentía rechazada y prácticamente impedida de tomar parte en la conversación, lo cual propiciaba en ella un intenso deseo de exhibir su talento para obligar a sus amigas a reconocerla; pero como tampoco se sentía cómoda en esa exhibición, se le atragantaban las palabras.
Se sentía mal cuando se reunía con sus amigas, pero cuando se separaba de ellas se sentía aún peor.

Según las psicólogas Orbach y Eichenbaum, los sentimientos de competencia entre las mujeres nacen mayoritariamente de las prohibiciones que éstas han experimentado en relación con su autonomía y proyección personal. La negación de la autonomía personal y los vínculos personales (con la madre, con las amigas, con nuestra supuesta función de madres y cuidadoras) han arraigado en las mujeres un miedo al éxito y a las responsabilidades laborales, por los compromisos que éstas puedan suponer, compromisos que les impidan o dificulten sus responsabilidades familiares y humanas. Este miedo al éxito y a las responsabilidades "a lo grande" (profesionales, políticas), permanece oculto bajo las teorías de igualdad y el supuesto convencimiento de ser auténticas mujeres modernas y "liberadas", y funciona saboteando continuamente sus oportunidades de promoción o proyección social.
Sin embargo, cada vez más mujeres se arriesgan y apuestan, y consiguen sus objetivos, sean los que sean: ser autónomas económicamente, darse a conocer en su campo profesional, tener pareja o vivir  sin ella, ser madre a los 20, o a los 48 años, o no serlo nunca.
Cuando una mujer "lo consigue" (el éxito en cualquier campo de su vida), puede ocurrir que aquella amiga íntima o amigas que la han apoyado en los tiempos más duros, empiecen a distanciarse y a sentirse incómodas sin saber por qué. Sentimientos de inseguridad, depresión o tristeza se funden y confunden con la alegría sincera por los logros de la amiga y se manifiestan en reacciones impulsivas de enfado, negación, menosprecio o simplemente distancia.
 
¿Por qué una mujer se siente competitiva frente a otra mujer? ¿Qué está en juego? ¿Qué función cumplen estos sentimientos competitivos?
 Existen tres elementos que inducen a la competitividad:
  1. La competencia por el reconocimiento externo.
  2. La competencia como forma de sustituir sentimientos de insuficiencia.
  3. La competencia como intento de establecer una identidad separada.
La parte positiva es que los sentimientos de competitividad entre las mujeres son expresión de la energía que las impulsa hacia la vida, hacia la autorrealización, hacia la diferenciación y el derecho de ser ellas mismas.
Hablar de estos sentimientos con las amigas en lugar de dejar que se manifiesten de otras maneras confusas y deterioren nuestra relación, las puede llevar a manifestar sus frustraciones y deseos; poder vislumbrar y definir cuáles son los auténticamente propios, y contar con el apoyo de la amiga una vez más (la inspiración y motivación, dado que si ella ha sido capaz y se ha dado permiso, tú también puedes hacerlo) para conseguir los objetivos propios.
Detrás de la competencia se oculta otro significado, que revela una desesperada necesidad de atención, de que alguien te escuche y comprenda lo que has vivido.

Hombres y mujeres viven diferente la competitividad.
Los sentimientos de competitividad (al igual que el enfado, las explosiones de violencia y otros conflictos emocionales que veremos aquí) se viven de forma diferente en las mujeres que en los hombres, entre otras cosas porque mientras las mujeres buscan su identidad a través de la conexión con los demás (la cooperación, el apoyo, el servicio), los hombres buscan la suya intentando diferenciarse de las otras personas para experimentar su individualidad y su "éxito". Para los hombres, pues, la competitividad es vivida como un valor mientras que las mujeres pueden experimentarlo como una traición o un gesto egoísta no permitido.
La envidia te señala tus frustraciones y carencias.
Uno de los sentimientos más dolorosos que experimentan las mujeres hoy en día es la envidia hacia otras mujeres. La envidia duele, puede hacerte sentir recelosa, puede despertar terribles fantasías de venganza, puede distanciar a dos amigas íntimas. Por ello, muchas veces las mujeres intentan huir de ese sentimiento recurriendo al recurso psicológico de la autocrítica. ¿Por qué? Porque tener una respuesta negativa de este calibre hacia una amiga resulta tan amenazador (el dolor del alejamiento y la soledad) que te sientes mucho más segura en el dolor del odio hacia ti misma.
 
María vive con Miguel desde hace cuatro años y tienen una hija de un año. Lilian se divorció hace dos años y recientemente ha empezado a salir con chicos otra vez. Lilian le cuenta a María los pormenores de sus salidas, sus placeres y fracasos, y María comparte con ella las últimas novedades de la niña. En una noche de fiesta Lilian trae a su último amante. María observa que su amiga está radiante, sexy y realmente contenta, percibe su sensualidad cuando la pareja sale a bailar. De repente se hunde, se siente gorda, odia su vestido y su peinado, y siente que su relación con su marido es mediocre y sin chispa. Siente envidia. Y luego se reprocha a sí misma esos horribles sentimientos respecto a su mejor amiga.
El domingo siguiente Lilian va a comer a casa de María. La pareja y la niña se sientan ante un almuerzo fantástico. La niña es adorable, Miguel y María parecen rebosar de orgullo y placer. Lilian se siente fatal. Tiene 35 años, no tiene hijos y ninguna relación que pueda propiciarlos de momento. Se siente fracasada y sola, y siente envidia de su mejor amiga, que parece disfrutar de una vida completa y tenerlo todo perfectamente encarrilado.

La amistad entre Lilian y María podría haberse dado al traste si ambas hubiesen callado y arrastrado sus envidias y frustraciones. De hecho, lo hicieron durante algún tiempo, lo que más tarde recordarían como un tiempo doloroso, salpicado de malas caras, frases duras y malentendidos. Todo cambió cuando, finalmente y en un momento de sinceridad, María estalló en llanto y le contó a su amiga que se sentía gorda, fea y poco deseada, como si su juventud se hubiera esfumado irremediablemente. Lilian fue consciente entonces de las frustraciones de su amiga y le contó cómo envidiaba su vida, tan completa aparentemente. Días más tarde Lilian acompañaba a su amiga a renovar su vestuario, le enseñaba formas nuevas de peinarse y maquillarse y quedaban para correr por el parque o acudir al gimnasio. Por su parte, y después de horas de desahogarse con su amiga, Lilian comprendió que realmente no deseaba ser madre en este momento de su vida. Era bonito ver la vida de María, y de hecho empezó a disfrutar mucho más sus visitas, sintiéndose parte de ella y estrechando su relación con la pequeña Rosa; pero no era la vida que deseaba para ella en estos momentos, en los que tenía otras prioridades, que se centraban más en su trabajo y sus proyectos de política social local.

La envidia no es algo que deba reprimirse por insolidario, sino que es una respuesta emocional a tomar en consideración. Por otra parte, se puede entender la envidia como una señal de que quien la siente aún no ha claudicado. Prestar atención a este sentimiento, abordarlo sinceramente y compartirlo con la amiga en cuestión, puede ayudarte a detectar tus carencias y frustraciones y ponerte en acción para resolverlas.
Abordando los sentimientos de envidia sinceramente y sin complejos puedes empezar a luchar contra las voces interiores que sabotean la posibilidad de realizar tus propios deseos.

 
Hombres y mujeres viven la envidia de manera diferente.
Los hombres, por su parte, pueden considerar la envidia como una motivación y un estímulo importante para la competitividad. Factores que les ayudan a alcanzar el éxito.
El abandono o aceptar que crecemos de maneras diferentes.
Aun sabiendo que las amigas íntimas establecen una dependencia emocional recíproca, muy pocas veces consideramos en toda su magnitud la importancia de estos lazos. Ello es así porque nuestra cultura otorga a la amistad un lugar secundario, y en cambio considera que sólo los matrimonios y las relaciones sexuales son realmente significativas.
 
Cristina y Andrea son muy buenas amigas; están solteras y ambas rondan la treintena. Cristina es maestra en un parvulario y Andrea estudia Derecho. Cada noche se llaman para contarse sus cosas y quejarse de los problemas del día, y pasan casi todos los fines de semana juntas. En su último año de carrera, Andrea conoció a Julia, una mujer segura y satisfecha de sí misma a la que le gusta pasarlo bien. Andrea se sintió fascinada con ella; el optimismo de Julia y su capacidad para pasarlo bien en cualquier circunstancia empezó a influirle y a producir cambios en su personalidad. Siempre que estaba con Julia se divertía y, al mismo tiempo, empezaba a aburrirle el eterno victimismo y las quejas de Cristina. Si bien meses atrás el apoyo mutuo que se daban a la hora de abordar sus respectivas frustraciones era un aspecto fundamental de su relación, ahora Andrea veía el negativismo de Cristina como un peligro para volver a caer ella misma en el pesimismo. Andrea empezó a evitar a Cristina y Cristina se sumió en una profunda depresión al verse abandonada pro la persona de quien nunca hubiera esperado algo así.
La situación mejoró cuando Cristina le contó a su amiga su dolor por sentirse marginada de su vida y Andrea su miedo a volver a caer en su antigua costumbre de queja y victimismo, que había acabado convirtiéndose en su forma de relación. Ella, Andrea, había cambiado y veía las cosas de otro modo. Y en este proceso de cambio, su modo de relación con Cristina tendría que transformarse también.

La vida cambia, las situaciones cambian, las etapas se transforman, y a medida que los intereses cambian, también lo hacen las amistades. Resulta inevitable que nuevas posibilidades y una mayor madurez comporten nuevas alianzas y las pérdidas de algunas anteriores. Lo cual no disminuye el dolor del duelo por el que habrá que pasar, igual que si se tratara de una de las diversas parejas que puedes tener a lo largo de tu vida. Duelo en las dos partes: tanto la que se siente abandonada como la que siente que debe abandonar.
A menudo las mujeres se enfrentan a esa dicotomía: quedarse juntas en el mismo sitio o avanzar en una dirección diferente. Una decisión difícil de tomar, porque, sin saberlo, muchas veces las amigas han construido la ilusión de que se trata de avanzar juntas al mismo ritmo. Pero no siempre es posible. Ni en lo que respecta a la velocidad ni tampoco en lo que respecta al camino. Y sin embargo, a menudo en la amistad entre mujeres la diferencia no es tolerada, se vive como algo peligroso y amenazador, y evoca sentimientos de abandono.
Como consecuencia, muchas veces la mujer llega a convencerse de que su autorrealización tiene un precio: por una parte, engendra sentimientos de culpa en una misma, mientras en las otras puede despertar sentimientos de envidia, competencia y rabia.
La solución está, pues, en enfrentarte a los temores inconscientes del abandono, permitirte crecer y que crezcan tus amigas de maneras diferentes y separadas, aunque dentro del marco de la amistad, construyendo así las bases para que nazca una nueva confianza y un nuevo concepto de la amistad, más libre y sincera, y no por ello menos profunda y real.
Mientras que todo el mundo compadece a una mujer que pierde a su pareja o la soledad que conlleva la ruptura, muy poca gente toma en consideración la soledad y la inquietud que una mujer siente cuando la relación con su mejor amiga cambia.

 
Hombres y mujeres ven el abandono de manera diferente.
En la amistad, los hombres no se entregan tanto ni comparten generalmente cuestiones muy íntimas, por ese motivo la ruptura con los amigos no suele ser tan dolorosa.
 El enfado te dice que hay algo que resolver.
En las relaciones entre mujeres existen dificultades, desacuerdos, faltas de consideración y otros choques que provocan enfado tanto como en cualquier otra relación íntima, y sin embargo a las mujeres les cuesta desahogar directamente la rabia que provocan estos contratiempos. ¿Por qué es así? Porque la sensación de abandono y soledad por la diferencia  puede hacer que el enfrentamiento se acerque al punto de ruptura, dando lugar a un trasfondo de culpabilidad y acusaciones que hacen intolerable la situación para ambas partes. A menudo, tras muchas contenciones y silencios, puede darse una explosión de rabia que deja aterradas a ambas mujeres, disuadiéndolas de manifestar en el futuro sus sentimientos de enfado con la otra.
En la amistad entre mujeres, muchas veces la diferencia no es tolerada, se vive como algo peligroso y amenazador, y evoca sentimientos de abandono.
Roberta es enfermera en un hospital. Es eficiente profesionalmente y muy atenta con sus pacientes. Todo el mundo admira sus cualidades humanas y su entrega. Sus amigas vuelcan  sus preocupaciones y problemas en ella, porque saben que pueden contar con que va a escucharlas y a ayudarlas en lo que pueda. Sus puntos de vista son siempre ecuánimes y sinceros. Y sin embargo, se siente incapaz para expresar sus propias necesidades, como si fueran nimiedades sin importancia en un mundo lleno de "auténticos" dramas humanos (las enfermedades con las que convive, los efectos de las guerras, inundaciones y tornados que observa en las noticias). Ello hace que a veces se enfade mucho cuando alguna amiga persiste en lamentarse de su suerte durante un tiempo prolongado, sin hacer algo efectivo para cambiar su situación. En esas situaciones calla para no herir la sensibilidad de su amiga o, eventualmente, le responde con sequedad.
Lo que Roberta no ha comprendido bien es que parte de su capacidad para saber, intuir, leer las necesidades de los demás procede de su propia necesidad de interés y afecto. Roberta no se cree con derecho a llevar sus propias necesidades al seno de una relación. Se avergüenza de ellas y tiene miedo de invadir el terreno de otras vidas con sus "pequeñas" cosas. Pero al mismo tiempo siente que otras personas, incluidas sus amigas, están invadiendo su vida (y dejándola exhausta y a veces sin tiempo para sí misma) con sus pequeñas cosas.
Esta privación emocional se traduce con frecuencia en una entrega compulsiva, en depresión, en desesperanza, en resentimiento y en rabia crónicos. Una persona como Roberta puede estar demasiado desconectada  de sí misma para darse cuenta ni remotamente de lo mucho que anhela que las demás personas puedan comprenderla, verla por dentro, aceptar sus necesidades afectivas, entenderlas y darle también lo a ella.

"Si no piensas como yo es que no me quieres".
Además de la entrega sin límites, otro motivo importante de enfado consiste en las exigencias de identificación. A menudo una mujer siente crecer su indignación cuando ve negada su experiencia o su visión de las cosas. Se trata una vez más de la incapacidad de aceptar la diferencia, como si necesitara la aprobación absoluta e incondicional, la identificación total, para sentirse realmente aceptada y querida. Por otra parte, el enfado de la otra la devuelve a situaciones de la infancia, en la que el enfado de la madre se vivía como si le negara su cariño. Pero en realidad no se trata más que de una profunda inseguridad personal que la lleva a necesitar estar siempre absolutamente de acuerdo, o, en caso contrario, siente invalidadas sus posiciones y amenazado su yo.
Expresar el propio enfado significa escucharse, defenderse cuando una se ha sentido violentada, ignorada o negada.  Si es posible expresar el enfado sin tener la sensación de estar perdiendo el control o dañando a la otra, este sentimiento puede resultar útil para ambas amigas.

Hombres y mujeres ven el enfado de forma diferente.
Para los hombres, el enfado está considerado como una forma de "hombría", de asertividad, y no provoca tantos conflictos emocionales y sentimientos de culpa como en las mujeres.

Cuando los sentimientos se mezclan.
A veces, en las relaciones de amistad se dan sentimientos confusos en los que se mezclan varios de estos conflictos emocionales.

Mercedes trabaja en un grupo de asistencia social. Había realizado un estudio en profundidad sobre la infancia maltratada y la primera vez que le pidieron una charla sobre el tema se puso tan nerviosa que estuvo a punto de negarse a hacerlo. Sólo la animó el apoyo de sus compañeras de equipo. Después de eso, Mercedes empezó a ser reclamada y entrevistada. Sus compañeras empezaron a distanciarse de ella pero Mercedes estaba tan ocupada como jefa de grupo que no se dio cuenta hasta que en una comida profesional encontró a sus compañeras de equipo en otra mesa, disfrutando de una de esas cenas semanales a las que asistían religiosamente, y donde Mercedes no había participado en los dos últimos meses, a veces porque estaba ocupada pero, sobre todo, porque finalmente ellas habían dejado de invitarla. Mercedes se sintió muy dolida (echaba de menos su antigua relación con sus compañeras de trabajo y amigas) y se lamentó interiormente del precio tan alto que estaba pagando por su éxito profesional.
Cuando a Mercedes empezaron a irle bien las cosas se despertaron en las demás sus propios deseos de reconocimiento público, deseos que antes no consideraban a su alcance y, por lo tanto, no eran conscientes. El éxito de Mercedes las puso en contacto con sus propias ambiciones no realizadas y empezaron a sentirse pequeñas, deprimidas y resentidas. Los sentimientos de envidia y competitividad se unieron a la sensación de abandono y al enfado contra Mercedes y contra ellas mismas por su incapacidad. Y acabaron marginándola de su grupo con la idea de que "se había hecho demasiado grande y ya no las necesitaba".
Laura era la directora de un grupo de ballet femenino de importante proyección nacional e internacional. Cuando decidió quedarse embarazada y pedir dos años de excedencia, el grupo lo vivió como un abandono y surgieron muchos miedos de no poder salir adelante. Sin embargo, con el paso del tiempo el grupo siguió cosechando algunos éxitos. Cuando Laura regresó las relaciones no fueron fáciles. Muchas bailarinas pensaban que ya no necesitaban su dirección ni su autoridad; temían que Laura obviara o no reconociera sus éxitos y todo volviera a ser como era antes, después de que Laura las había abandonado cuando le había parecido para construir una vida personal (una familia) a la que el resto estaban renunciando por priorizar su profesión.
Envidia, competitividad, enfado y sentimiento de abandono se mezclaron una vez más para convertir en un infierno las primeras semanas tras el regreso de Laura. Afortunadamente, supieron hablar de sus miedos y resentimientos y Laura volvió a ser admitida como líder del grupo, si bien hubo que establecer algunos cambios en las relaciones y otras bailarinas pudieron desarrollar las habilidades y responsabilidades que descubrieron que poseían durante la ausencia de Laura.

Hombres y mujeres.
Para las mujeres, resulta más fácil ayudar y apoyar en la debilidad que hacerlo en la fortaleza. Para los hombres, por el contrario, el éxito es como un imán que atrae amigos y relaciones, mientras que la debilidad y los supuestos "perdedores" son evitados porque les pone en contacto con la propia debilidad y los miedos a ser considerados uno de esos perdedores.