sábado, 11 de septiembre de 2021

Sobre la angustia humana ante el incierto futuro

Los adivinos (astrología, tarot, numerología, lectura manos, videntes, psíquicos, runas, barajas de cartas..) ADIVINAN (descubrir por procedimientos) pero la Trinidad Santa:Dios/Padre, Jesús/Hijo y Espíritu Santo/consolador SABE. Y si lo que deseamos saber es bueno para nuestra alma saberlo, si se lo pedimos humildemente desde el corazón, Él nos lo dirá, nos guiará, nos encaminará a la respuesta o calmará nuestra ansiedad. A veces queremos saber por simple curiosidad pero la mayoría de las veces por la angustia que nos genera la incertidumbre, el no saber, y pensamos que conocer el futuro calmará nuestros miedos creando una sensación temporal de control. Se trata de una falsa seguridad puesto que el conocimiento que se extrae de las fuentes que No son Dios es parcial, ambiguo y no pocas veces resulta con el tiempo falso (con todas las consecuencias que ello ha provocado) Estas fuentes de información no tienen acceso al saber total sobre nuestra alma ya que este saber unicamente pertenece al que Nos ha creado. Dios, que es Amor, comprende que caigamos en la tentación de acudir a estos procedimientos pero en la Escritura se revela en no pocos lugares que, ni nos conviene, ni tiene nada que ver con la relación filial de amor y confianza que desea tener con nosotros. La propia confusión que a veces nos generan estos procedimientos, la poca solidez de las predicciones, que a veces se darán y la mayoría de las veces no, deberían hacernos dudar de su veracidad y de la buena intencionalidad de las fuentes de las que beben los intermediarios humanos. Éstos, que buscan el bien de las personas que acuden a ellos, habitualmente desconocen realmente a estas fuentes. El ser humano es muy vulnerable ante lo invisible y ¿que nos podría hacer pensar, viendo el panorama mundial, que lo que es Abajo no es Arriba? La respuesta nos la dió San Pablo en 2 Corintios 11:14. Así pues...como dijo Jesús: “quien quiera entender que entienda”