martes, 22 de octubre de 2013

Khalil Gibran- Sobre la dádiva( ¿desde dónde damos o no damos?)


Habitualmente, cuando tengo la necesidad de escribir un post, suele ser desde la parte de mi que ha interiorizado tal o cuál aprendizaje y escribiéndolo es como si me lo grabara a fuego. 

Hoy escribo sintiéndome como una arqueóloga que intuye que está muy cerca de descubrir algo muy valioso, pero que para ello le va a hacer falta confianza, perseverancia y silencio ( y ensuciarse mucho las manos)

Me propongo  descubrirme a mi misma en el ámbito del dar (dinero, ayuda...) tengo la intención de compartir textos, experiencias reales y lo que surja para que de la mano de sabios reconocidos y anónimos reconocerme cómo soy para mas adelante decidir qué quiero transformar y desprogramar de mi sistema de creencias relacionado con este tema en particular. 

Erickson  decía que la mente inconsciente es el depositario de la totalidad de los aprendizajes de la infancia y me temo que de allí parten muchos de los pensamientos automáticos que nos convierten en autómatas, privándonos en ocasiones de la compasión necesaria para ver la realidad tal y como es, y no como nos conviene verla para no tener remordimientos.

En fin, en este aprendizaje no voy a ser sujeto activo en el sentido que no voy a compartir mi hallazgo, solo las herramientas que utilizaré y la vida me presentará ( de esto no me cabe duda).

Tengo claro que mis aprendizajes no son los tuyos, a lo sumo, mi experiencia te podría animar a conocerte, pero ni eso pretendo, solo una cosa deseo, que si te pasas por esta casa, en algún momento sonrías.

Empiezo con Khalil Gibran porque para mi su mirada es imprescindible por cuestiones personales.

SOBRE LA DÁDIVA

Dijo entonces un rico: Háblanos de la dádiva.

Y respondió él:
Dais muy poco cuando dais de lo que poseéis.

Cuando verdaderamente dais es cuando dais algo de vosotros mismos.

Porque ¿qué son vuestras posesiones sino cosas que conserváis y guardáis por temor que podáis necesitarlas mañana?

Y mañana, ¿qué traerá el mañana al perro en exceso prudente que entierra huesos en el arenal sin caminos mientras sigue a los peregrinos a la ciudad sagrada?
¿Y qué otra cosa es el temor a la necesidad, sino la necesidad misma?
Temer la sed cuando tienes llena la cisterna ¿No es eso la sed insaciable?

Hay unos que dan poco de lo mucho que tienen, y lo dan buscando reconocimiento; y su oculto deseo hace malsanos sus dones.

Y hay unos que tienen poco y lo dan todo.
Son los que creen en la vida y en la generosidad, y su cofre nunca está vacío.

Hay unos que dan con alegría, y esa alegría es su recompensa.
Y hay unos que dan con dolor, y ese dolor es su bautismo.

Y hay unos que dan y no sienten dolor al dar, ni buscan la alegría, ni dan por mor de ser virtuosos;
Dan como el arrayán, que desde el fondo del valle suelta su fragancia al espacio.
Por las manos de esos habla Dios, y desde el fondo de sus ojos sonríe Dios a la tierra.

Bien está dar cuando nos piden, pero mejor es dar sin que nos pidan, por comprensión;
Y para el generoso, buscar a uno que reciba es mayor gozo que dar.

Y ¿Hay nada que podáis retener?
Todo cuanto tenéis será dado algún día;
Dadlo por tanto ahora, que el tiempo de dar sea vuestro y no de vuestros herederos.

A menudo decís: "Yo daría, pero solo a los que lo merecen"
No dicen eso los árboles de vuestro vergel, ni los rebaños en vuestros prados.
Dan para vivir, pues retener es perecer.
Con seguridad el que es digno de recibir los días y las noches es digno de todo lo demás que pueda venirle de ti.
Y quien ha merecido beber del oceano de la vida merece que su copa se llene de tu arroyuelo.

Y ¿qué merito mayor puede haber que aquel que hay en el valor y la confianza, no de la caridad, sino del recibir?
Y ¿quién sois vosotros para que los hombres se abran el pecho y muestren su orgullo, para que podáis ver lo expuesto de su dignidad y la desvergüenza de su orgullo?

Mirad primero que vosotros mismos merezcáis ser un donador, y un instrumento a través del cual se da.
Porque es en verdad la vida la que da a la vida, mientras que vosotros , que os consideráis dadores, no sois mas que un testigo.

Y vosotros los que recibís-y todos recibís-no toméis el peso de la gratitud , para que no pongáis un yugo sobre vosotros y sobre aquel que da.
Alzaos mas bien junto con él como si su dádivas fuesen alas;
Porque pensar demasiado en vuestra deuda  es dudar de su generosidad, que tiene a la tierra de generoso corazón por madre , y a Dios por padre.



2 comentarios:

  1. Hola, buenos días buscando algo sobre las dadivas y pensando en Khalil Gibran, encontré tu texto que mucho me inspira y sevira. Gracias por esta maravillosa dádiva

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