miércoles, 7 de enero de 2015

Vaciarse



Nan-in , un maestro japonés que vivió en la era Meiji, recibió la visita de un insigne profesor. Era nada menos que el catedrático de religiones comparadas de la Universidad de Tokio.
La secretaria del profesor había avisado con antelación la llegada de su jefe remarcando que no disponía de mucho tiempo, pues tenía que regresar a sus tareas en la universidad.
Cuando llegó, saludó la maestro y, sin mas preámbulos le preguntó por el sentido de la vida. Nan-in le ofreció té y se lo sirvió con toda la calma del mundo. Y aunque la taza del visitante estaba llena, el maestro siguió vertiéndolo.
El profesor, viendo que el té se derramaba, no pudo contenerse:
Pero ¿No se da cuenta de que está completamente llena? ¡ya no cabe ni una gota mas!

-Al igual que esta taza- respondió Nan-in sin abandonar su amable sonrisa - usted está lleno de sus opiniones ¿Cómo podría explicarle el sentido de la vida si primero no vacía su taza?