sábado, 26 de octubre de 2013

Conócete a ti mismo (Jordi Arguello)


Otro post estupendo de un muchacho de Madrid que tiene propuestas muy interesantes de crecimiento  personal.

educandotuinterior.blogspot.com

Atentos al ejemplo que nos da para reconocernos o no cuando cedemos nuestro asiento. Estupendo!




Existe sólo una medicina, porque solamente hay una enfermedad:                                                         la falta del descubrimiento de sí mismo.Antonio Blay

El pasado mes (ver Conócete a ti mismo I) vimos como la clave para vivir la vida plena y satisfactoria que todos deseamos está en descubrir quien soy, en conocerme a mí mismo.
También vimos que lo que soy es lo que queda cuándo me desprendo de las ideas que tengo sobre mi y de los anhelos, los sueños que aspiro conseguir.Pero ¿cómo se hace todo esto? ¿tengo que renunciar a todo, alejarme del mundo, vivir una vida contemplativa en una región perdida del Tíbet o de la India?. Rotundamente no.
Muchas veces parece que la única manera de encontrarme a mí mismo es apartándome de la vida corriente, retirándome a meditar o a orar, practicando incansablemente el Zen o algún tipo de Budismo. En realidad el camino del autoconocimiento puede y debe realizarse en la vida normal, en mi día a día con mis preocupaciones, mi trabajo, mi familia, mis alegrías y mis penas. Y esto es así porque la base de este trabajo interior es la observación, el observarme a mí mismo cada día, el verme y reconocerme en mis actos, en mi generosidad pero también en mi egoísmo, en mi mezquindad. Y esto que es tan fácil de decir a veces es un poco más difícil de realizar. En general me resulta sencillo ver los defectos del otro, criticar sus faltas, sus actos; otra cosa muy distinta es reconocer mi lado más oscuro, mis actitudes mezquinas, hipócritas, mis mentiras. Y es que siempre tengo una justificación para aquello que hago, y si no la tengo rápidamente la encuentro. Y no tanto para engañar al otro sino para engañarme a mí mismo.
Conocerme en profundidad, descubrir quién soy en realidad, pasa por ver con claridad cuándo estoy siendo injusto, egoísta, aprovechado. Es verlo una y otra vez, observar como repito casi compulsivamente una serie de comportamientos. Es reconocer esta parte que no me gusta de mí, no rechazarla, no negarla y sobretodo no culpabilizarme por ella. De hecho es amarme a mí mismo aún cuándo me descubro actuando de una manera que no me gusta. No se trata de convertirme en un ser amoral, ajeno al sufrimiento ajeno sino de, a base de observarme y observarme, llegar a dejar caer ese comportamiento compulsivo. 
Porque en el fondo mucho de lo que hacemos, hasta lo aparentemente bueno y generoso, lo hacemos por puro egoísmo. Por ejemplo algo tan bien visto como ceder nuestro sitio en el metro a una persona mayor puede tener un motivo más mezquino del que parece. Pregúntate con sinceridad, ¿por qué cedo mi sitio a esta persona? ¿es por ella, para que esté más cómoda o es por mí, para sentirme bien, para sentirme generoso, de buen corazón? ¿qué siento por dentro al pensar que estoy haciendo una buena acción? ¿qué siento al ver la aprobación de esa persona, su sonrisa, su agradecimiento?
Muchas de las cosas que aparentemente hago por los demás en el fondo las hago por mi interés, por sentirme bien conmigo mismo. La idea no es dejar de ayudar a los demás sino seguir haciéndolo, si así lo consideramos, pero sin engañarnos, sabiendo que te cedo mi sitio sobre todo para yo sentirme bien, el que tu estés cómodo es secundario. Y llegará un día en que, de tanto observarme, dejará de tener sentido el sentirme bien por ser generoso o amable y entonces podré cederte o no mi asiento pero ya no lo haré por sentirme bien, lo haré porque es lo que considero correcto hacer. ¿Se ve la diferencia?.
La consecuencia de descubrirme, de soltar mis comportamientos automáticos, es vivir una felicidad profunda, independiente de lo que mis circunstancias exteriores.
Conocerte a ti mismo, descubrir quién eres, es un camino que puede resultar desconocido y en ocasiones complejo. Es un camino en el que es fácil perderse o despistarse. Por eso considero que es bueno tener un mapa, tener a alguien que ya ha avanzado un poco por ese camino y que te puede avisar de las curvas y los desniveles. Eso es lo que hago a través de mi Curso de Autoconocimiento y Plenitud de Vida.


(Artículo publicado en Universo Holístico 64, Octubre 2013)

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