martes, 25 de febrero de 2014

Asignatura a recuperación



Con esta imagen medito sobre los temas que poco a poco se han ido convirtiendo en predominantes de este blog: gratitud, la soledad y el amor.

Gratitud por esta pésima costumbre que tenemos los humanos de criticar porque me ayuda a practicar el arte de ser yo misma.

Ser uno mismo, a veces, puede llevarnos a experimentar periodos de soledad. ( etapas aprovechables para seguir siendo uno mismo y abrirse a lo nuevo, que, inevitablemente, siempre llega)

Es probable que a medida que uno vaya practicando este arte y descubra la libertad que se siente al hacerlo se enamore de sí mismo y como consecuencia directa deje de criticar.




domingo, 23 de febrero de 2014

CAMA-RADA



Se derrumban dentro de mi todos los ideales románticos de los que me he ido empapando a lo largo de mi vida. No funcionan, o por lo menos a mi no. Provocan el enfrentamiento de los amantes, interna y externamente. Y a la larga, pasa factura.

Me obligo a exorcizar tales creencias y a dejar entrar lo nuevo, mas bien, construirlo. 

La palabra Camarada me gusta porque me habla de apoyo mutuo, libertad, respeto, comprensión..
Un camarada no tiene que cumplir mis expectativas ni yo las suyas. 
Si se equivoca o hace algo que me hiere, nunca voy a pensar que lo ha hecho para hacerme daño. Respeto los silencios sin interpretarlos. 
Las expresiones de cariño son espontáneas y nacen del sentirse libre de realizarlas.
Los cama-radas son responsables de sus propias miserias y hacen el esfuerzo por no volcarlas en la relación.
Cada uno es responsable de sus emociones y de su felicidad. El otro comparte dicha felicidad, no la provee.
Soy capaz de decirle la palabra NECESITO sin sentirme vulnerable. 
Me expongo sin temor. 
No le poseo ni él a mi. 
Mi única expectativa es que sea feliz, cerca o lejos de mi. 

y además , comparto CAMA!

y ahora, manos a la obra.

domingo, 9 de febrero de 2014

Detrás del sufrimiento, hay probablemente un pensamiento equivocado ( Sergi Torres)



Hacía dos días que un catarro la acechaba, pero como era  habitual en ella, optó por su versión "El cuerpo habla, yo hago oídos sordos". Como el malestar iba en aumento no le quedó mas remedio que dedicarle unos minutos. Se permitió tumbarse un rato en la cama y lo curioso es que el malestar aumentó. No el malestar físico pues ese estaba siendo atendido, sino el anímico. 
Recordó aquella frase que dijo Sergi Torres " Detrás del sufrimiento, hay probablemente un pensamiento equivocado" y partir de ella empezó a tirar del hilo. Comprobó lo acertado de la frase pues no descubrió solo un pensamiento equivocado, sino tres. 
El primero de ellos es que le había prometido a su hija llevarla a la sala de juegos y si atendía a su malestar haciendo reposo, sentía que le fallaría. El segundo provenía del anterior y afectaba a su pareja que tendría que hacerse cargo de la niña cambiando sus planes. El tercero era relativo a su aspecto y la creencia que su aspecto congestionado le daba un aire desaliñado, además de transmitir vulnerabilidad y esto último contradecía la auto-imagen que tenía de sí misma. Definitivamente estaba cayendo además en un estado bastante auto-compasivo y con una necesidad de afecto que no se atrevía a demostrar. 

Una vez detectadas las alarmas pudo transformarlas, una a una. No era difícil, una vez reconocidas, todas se difuminaban dejándole una media sonrisa en su rostro. Tenía derecho a estar enferma y no por ello iba a perder el amor de los suyos. Al fin y al cabo, la vida nos presenta continuamente oportunidades para aprender a aceptar y adaptarnos. Simplemente el ejercicio de enfrentarse a los pensamientos equivocados le permitió sopesar la opción antes no contemplada, de que dándole algo de reposo al cuerpo, era posible recargar las pilas y cumplir con lo prometido.

Mientras escribía esta vivencia en su ordenador, después de tomarse un caldo reconfortante, se acercó su hija a recordarle su promesa de llevarla a la sala de juegos. 

" Voy a tomarme un ibuprofeno y si me siento mejor, te llevaré "

Y así fue como a la enfermedad le presentó su versión " El cuerpo habla, yo lo escucho"


sábado, 8 de febrero de 2014

Gracias Magdalena



por limpiar mi mirada
enfrentarme a mis demonios
crear atmosferas
disolver la oscuridad
con tu sola presencia.
Premiarme con tu atención
y tu amor incondicional
Sabedora de tu función
flecha y arco
tu y yo.



(la flecha y el arco al que hace referencia Khalil Gibran en su escrito Sobre los hijos del libro El profeta)







viernes, 7 de febrero de 2014

Seriedad e ironía; Sontag y Rilke


Temas que actualmente ocupan mis pensamientos.

Extracto del blog modernasalvaje.wordpress.com

Luego aparecen preocupaciones comunes. Por ejemplo, la ironía y la seriedad, tanto en el plano personal como la práctica artística. Tanto Rilke como Sontag privilegian la seriedad. Por contraste, admiten la utilidad de la ironía como “instrumento óptico”, como transitoria distorsión del sentido, de lo serio. Pero desaconsejan su entronización. Cada uno a su modo sugiere que, más que agudizar de la mirada, el gesto irónico convertido en dieta cotidiana puede ocasionar ceguera. O degenerar en frivolidad, que es una forma de ceguera selectiva.
De la seriedad escribe Sontag en una entrada de su diario fechada el 7 de enero de 1958:
La seriedad es para mí realmente una virtud, una de las pocas que acepto existencialmente y deseo emocionalmente. Me encanta ser alegre y olvidadiza, pero esto solo tiene sentido sobre el fondo imperativo de la seriedad”.
Sobre la ironía se pronunciará abiertamente casi una década después en “La estética del silencio”, un ensayo de 1967 incluido en su libro Estilos radicales:
El arte serio de nuestro tiempo ha gravitado sistemáticamente hacia las inflexiones más desgarradoras de la conciencia. Presumiblemente, la ironía es el único contrapeso viable para este solemne uso del arte como el ruedo donde se pone a prueba la conciencia (…) Mientras el arte se mantenga firme frente a la presión del interrogatorio crónico, parecería deseable que algunas de las preguntas tengan cierto matiz humorístico.
Pero esta perspectiva depende, quizá, de la viabilidad de la misma ironía.
A partir de Sócrates ha habido incontables testigos del valor que la ironía reviste para el individuo: como método complejo y serio para buscar y retener la verdad personal, y como medio para salvar la propia cordura. Pero a medida que la ironía se convierta en el buen gusto de lo que es, a fin de cuentas, una actividad esencialmente colectiva –la creación del arte- es posible que disminuya su utilidad”.
Por su parte, en la segunda de sus Cartas a un joven poeta (fechada el 5 de abril de 1903), Rilke aconseja:
Ironía: no se deje dominar por ella, especialmente en los momentos no creativos. En los momentos creativos intente servirse de ella, como de un medio más para captar la vida. Usada con pureza, también es pura, y no hay que avergonzarse de ella; y si se nota usted en excesiva familiaridad con ella, tema esa creciente intimidad, y vuélvase enseguida a objetos grandes y serios, ante los cuales usted sea pequeño e inerme. Busque la hondura de las cosas; allí no desciende nunca la ironía; y al dirigirse así al borde de lo grande, examine, a la vez, si esa manera de ver corresponde a una necesidad de su naturaleza. Pues de esa manera, bajo el influjo de las cosas serias, o bien se desprenderá de usted (si es algo casual), o bien (si es algo realmente propio e innato en usted) se reforzará hasta ser un instrumento serio, ordenándose en la serie de los medios con que usted debe formar su arte”.