Todo lo que te puede decir un aguacate...si estás atento. Y ese día, estaba atenta, decidida a pasar un día lo mas presente posible, lo mas en silencio posible, alejada de las interferencias ( teléfono, internet..)
Compré un aguacate porque no tenía mucha hambre y pensaba que algo fresco me resultaría mas fácil de comer. Había pensado hacerme un batido que llevaba naranja, limón, azúcar moreno y yogur griego. Es habitual que cuando vuelvo de la verdulería siempre haya alguna pieza que se ha “colado” en un estado aparentemente no muy comestible.
Y ese día, la pieza fue el aguacate, madurísimo y con muchas partes negras. Mi primer impulso fue tirarlo a la basura pero me detuve y pensé...estas cosas negras no son muy agradables pero quien sabe si mezcladas con el resto de ingredientes, pueden dar un buen resultado. Como mucho me puedo CLPA y la verdad, tampoco me iría mal, dados mis problemas de estreñimiento. Me arriesgué y salió estupendo.
El hecho de hacer las cosas diferentes a como siempre las he hecho, en este caso, en relación a las frutas y verduras, me hizo reflexionar y al final sentirme muy bien de haberlo hecho.
Pensé, Ok, en estos pasados días he descubierto cosas de mi que no me han gustado, pero forman parte de mi y debo aceptarlas y quererme con ellas incluidas. Al igual que el batido, todas mis partes mezcladas, las buenas y las malas, dan un buen sabor, el que es, la que soy.
Y bebiendo mi batido de aguacate, empecé a quererme otra vez.
GRACIAS aguacate
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