martes, 17 de septiembre de 2013

AMOR ( Los regalos de la presencia )


Camina por la acera de vuelta a casa después de su paseo diario, recuperando la presencia, consciente de que ha estado metida en sus pensamientos buena parte del camino.

Buenas tardes miarma! le dice él.

Ella siente que su corazón brinca; ese saludo le ha llegado directo al corazón. No tiene duda: Es AMOR.

Pero del de letras mayúsculas.

Le saluda timidamente y un poco aturdida.

El no puede voltear a verla

Está sentado en una silla de ruedas, lleva una sonda en la nariz y ronda los ochenta.

El AMOR en esa mirada franca de un humano que Ama sin medida, incondicionalmente, esperando a la muerte, aprovechando cada minuto para vivirlo intensamente y amando para quien quiera recibirlo, la ha traspasado.

Ella se siente feliz de haberse sabido amada por un instante, con esa entrega, con ese desapego.

Como dice la canción de Pastora "Lola" nuestra vidas se cruzan un momento, con todo este sentimiento

Porque se está empezando a dar cuenta de que hay otro tipo de Amor. No el que impulsa a la unión, a la cópula, a la posesión. Un Amor del que, de momento solo percibe pinceladas.

Pero que promete mucho.

Ese niño de 80 años la inspira a llegar a ser capaz de amar así. Sin esperar nada a cambio, dando, sin medida..como San Agustín.

Si ella, de vieja, es capaz de dar el amor de esta manera y que al menos una persona lo sienta como lo ha sentido esta tarde de fin de verano, bienvenida será la vejez con todas sus consecuencias.













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