domingo, 15 de septiembre de 2013

Cualquier excusa es buena...




...para posponer lo que no nos gusta, nos da pereza hacer o sabemos que implica cambios importantes en nuestra vida. 

Puede ser lo mas insignificante o puede ser una conversación importante, por ejemplo.

Cuando uno está solo y ha decidido no distraerse y rechazar las interferencias, estas excusas que nos damos pasan menos desapercibidas.

Cualquier excusa es buena para no decirle “no” a tu hijo

para no reciclar

para no limpiar

para no dar ese abrazo que deseas dar 

para no ir al cine, al teatro o leer.

para no hacer deporte

para no alimentarnos saludablemente

para no ser del todo sincero 

para no iniciar el camino del autoconocimiento y descubrir el porque de nuestra insatisfacción.

para no acabar esa relación tóxica

para no dejar el trabajo que te amarga la existencia.

para...

Lo que me parece mas interesante no son las excusas que nos damos, sino precisamente ese “nos damos”. Porque ¿esa es la sensación no? Uno le dice a otro: oye, fíjate en esto, hay que hacer algo ya. Y otro da una excusa cualquiera. Uno calla

Pero no olvida. 

En unos días, meses, años, vuelve al ataque

y así sucesivamente.

¿Y a quién echamos las culpas cuando nos damos cuenta de que, ese posponer nos ha llevado a una situación desagradable, sea que sobrevenga una enfermedad, alguien nos de una patada en el culo o encuentres un nido de bichos o ratas en esos espacios no visitados durante tanto tiempo ( valga como metáfora)?

¿ No podría ser este un ejemplo claro de que dentro de nosotros habitamos varios ( ojo! no estoy hablando de una enfermedad mental)  y que al menos uno de ellos, es capaz de guiarnos y mostrarnos el camino? De ser así, con la práctica, podríamos aprender a desoír al canalla, al perezoso, al condescendiente, al “pobre de mi” y seguir al líder, al héroe valiente que habita dentro de todos nosotros.

Explico un ejemplo muy bonito que me ha contado hoy una amiga y escenifica perfectamente lo que quiero decir, pero a la inversa, es decir, cuando permitimos al líder que se ponga al mando de los aparatos.

MONICA Y SU FUERZA INTERIOR

A pesar de su falta de tiempo, dinero y con una regla de las que te dejan KO, decide ir a una conferencia de un tal Borja Vilaseca sobre crecimiento personal; en particular algo relacionado con descubrir nuestra pasión y dedicarnos a ello. Algo que a ella, en este momento preciso de su vida, le interesa mucho. Escucha la charla y la encuentra motivadora, está contenta de estar allí, de haber superado todas las excusas, y estar allí escuchando a Borja. 
Siente deseo de comprar el libro que le parece ver a lo lejos; supone que el libro de este hombre. Se acuerda que no tiene dinero para este tipo de extras.
Al acabar la charla, Borja anuncia que va a sortear 6 libros entre el público..

Algo dentro de ella dice

YA TIENES LIBRO

Ella misma se sorprende de esa seguridad. “Yo no soy así , Sonia, me dice

Los 5 primeros libros los entregó él personalmente entre las poco menos de 100 personas que había en la sala. Aunque el rumbo que había tomado era el mas alejado a donde ella estaba situada, ella seguía sabiendo algo “ ya tengo libro”
El sexto y último libro decidió lanzarlo para hacerlo mas divertido y esta vez si fue en dirección a la zona de mi amiga. La señora de delante intentó alcanzarlo y de hecho lo tocó con la mano, pero ese bendito libro sabía que tenía dueña desde hacia rato y fue a parar justo encima de la mesa plegable en la que había tomando sus notas durante la conferencia. 

"¿Y qué sentiste?" le pregunto.

"Ninguna emoción, era mío, me responde.

Luego al salir si que se dio cuenta de la magnitud del acontecimiento. Cuánto potencial dentro de ella sin saberlo. Ese líder interno, satisfecho de que las excusas no hubieran vencido en esa ocasión, le había dado su recompensa.

En mi opinión la recompensa en si no era el libro, era la evidencia clara e innegable de que habita en ella y está esperando a ser su líder y mostrarle el camino.

Aunque siempre podría haber alguien que saliera con la excusa de “Bah, una casualidad!”

Sería una lástima para el líder, me lo imagino apretando los puños, maldiciendo ( si, también maldice) , con ese gesto de casiiiiii. 

Como buen líder lo intentará de nuevo, aunque quizás se asegure el siguiente tiro, dejándo que te des mas excusas y aumentando tu insatisfacción.


Yo le canto a mi líder...Si tu me dices ven, lo dejo todo...

¿Y tu?



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