jueves, 22 de agosto de 2013

Aprendiendo a pedir ayuda




El intercambio de favores es una de las fuentes naturales de dar y recibir un “gracias”.

Hay personas a las que les cuesta mucho pedir favores ( me incluyo ) pero en cambio disfrutan mucho cuando les dan la oportunidad de ayudar. 

MI RELACIÓN PERSONAL CON EL PEDIR

Recientemente he disfrutado mucho de conocerme un poco mas a través del Eneagrama y he podido averiguar las razones por las cuales me cuesta tanto pedir y recibir ayuda. En mi caso es un orgullo como un piano de grande. No soporto que se me perciba como una persona necesitada en ningún sentido. Una de mis caretas es la de “tengo tanto que me sobra”. En ese “tanto” va incluido el buen humor y la alegría y dejadme confesaros que es una piedra que pesa mucho el día que te levantas triste o melancólica. 

Así que ahora también practico el pedir ayuda cuando la necesito. 

MI RELACIÓN PERSONAL CON EL DAR 

A la hora de hacer favores los hago encantada pero también reconozco que tiendo tanto a complacer al personal que me cuesta bastante decir “no puedo”. Pero hay que hacerlo porque sino es cuando aparece el resentimiento y la mala leche que no sabes hacía donde ni a quien escupir ( y casi siempre la pagan los que menos culpa tienen: los hijos y las parejas) A no ser que en una sesión de yoga chino pueda darle de palos al cojín o al aire y entonces salgo como una seda ( pero tampoco es plan no?)

Incluso en el pasado tendía a ayudar sin que me lo pidieran, simplemente porque yo intuía (o mas bien, necesitaba) que lo necesitaban. Eso podía hacer que la otra persona se sintiera invadida, con toda la razón. Mi interés por ayudar no era del todo genuino pero me esfuerzo porque llegue a serlo. Hacer algo útil puede ser un medio para sentirte amado porque el otro te lo agradece y hasta puede llegar a necesitarte..y Ay, si te llega a necesitar y no eres consciente de la trampa que te está tendiendo el ego, uno puede llegar a hacer y a hacerse, mucho daño. 

En fin, los “tejemanejes” de nuestros egos son de lo mas variopinto y se trata de que cada uno no nos ocultemos nada a nosotros mismos, aunque duela.

La cuestión es que no se si por aquello de la ley de la atracción, con esto de haber iniciado un blog dedicado a la gratitud,  pero hoy ha sido un ir y venir de peticiones de favores, de recibimiento de gracias, de oportunidades de verme en el espejo del otro al que también le cuesta pedir y recibir ayuda. Ha sido en apariencia caótico y hasta surrealista, tanto que en un momento me ha dado un ataque de risa que alguno de mis vecinos puede haber interpretado como un ataque de locura debido al polvo del desierto. Al final todos hemos recibido y dado con placer y hasta ha habido alguno que ha recibido ayuda extra de los Dioses.

Nada hay mas hermoso que encontrar espejos en la vida. Que vía mas rápida a la comprensión y a la compasión por ti mismo y por el otro.

Esos intercambios de favores son oportunidades, por lo menos para mi, para sentirme cerca de otro ser humano, de catar la luz que todos llevamos y podemos ofrecer en nuestro día a día. 

Recibir un poco de pan rallado acompañado de una espléndida y sincera sonrisa se puede disfrutar como un guiño del universo que nos recuerda que todos somos uno y que en la tierra una de las formas de integrarlo puede ser esta. 

Dando sin esperar recibir nada a cambio y pidiendo ayuda permitiendo que el otro disfrute de darla.

¿ Y tu?

¿Qué relación personal tienes con el dar y el recibir?

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