miércoles, 13 de noviembre de 2013

Rabia


Ayer sucedió algo que me puso en contacto con la niña furiosa que habita en mi.

Caminar por el campo siempre me calma y me permite tener charlas internas que a veces no llegan a nada y a veces, como ayer, si.

Como punto de partida, me obligué a manejar el malestar desde el punto de vista que usa mi terapeuta.

El otro o la situación que ha provocado el malestar son solo los desencadenantes necesarios que utiliza la vida para ponerte en contacto con tus propios temas sin resolver.

Así que inicié el paseo con la firme intención de estar en mi, no en el otro.

¿Cómo me sentía?

La respuesta era clara: RABIA

Sentía un rabia muy intensa y la necesidad de no reprimirla. No era contra nada en especial. Bueno si...le hablaba a alguien, quizás a Dios..y le decía , "¿Ves? si expreso mis deseos, mis necesidades y me vuelvo vulnerable, me rechazan...mejor me sigo manejando fría, orgullosa y omnipotente, así se sufre menos"

La cuestión es que necesitaba gritar y cogí un pequeño camino para alejarme de la posibilidad de que alguien me viera cuando me desahogara...porque lo veía venir y no iba a reprimirlo.

A unos metros vi unas piedras grandes con muchas piedras amontonadas alrededor. No eran pequeñas, de unos 8 cm de largo. Eran perfectas. Así que me senté y empecé a tirarlas contra el suelo como haría cualquier niño chico enfadado.

Y es que esa era yo. Una niña pequeña dándose el permiso para sentir, validarse y expresar su rabia.

Sin pensar. la rabia no se piensa, se saca. Ahora que lo he experimentado, lo veo así.

La catarsis no se hizo esperar y finalmente los últimos rayos de sol del día, me calentaron la cara y me sentí abrazada y consolada.

Se acaba de acercar mi hija, se ha despertado antes de las 7 y todavía no amanece..me dice

Mamá, quiero que me abraces , me beses y me digas que me quieres...

Es mi maestra, aprendo...la vulnerabilidad no es mala, es real y propia del ser humano.

Que tengas buen día




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