jueves, 19 de diciembre de 2013

El parque de atracciones


El escenario de su vida había sido el Parque y ya era adicta al mar de sensaciones que cada atracción le provocaba: El vértigo, el subidón, el orgullo de vencer al miedo en la casa de la bruja, el deseo por la manzana brillante...

Pero algo cambió un día; La bruja le daba miedo, la manzana sabía a rayos, en la montaña rusa lloraba
y en los autos de choque ya no experimentaba el placer de apartar a los demás de su camino.
Aun así, se seguía subiendo en las atracciones, era lo único que conocía. Allí vivía desde que tenía uso de razón.

Pero cada vez era peor y se enfermó.

Una mañana llegó una niña al parque, tendría unos cinco años. Le tendió la mano y la dirigió a la salida del parque.

Nunca volvió.


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